- Tanto Aitziber Garmendia como Jon Plazaola se han propuesto aliviar los malos ratos del confinamiento creando una barra libre para el humor en el primer canal de Euskal Telebista. Plazaola hace para DNA un recorrido para mostrar cómo ha sido su camino entre Allí abajo, la serie en la que se convirtió en Iñaki, el yerno ideal, y Barre librea, el programa que se estrena hoy.
¿Qué ha estado haciendo desde que acabó Allí abajo?
—No he estado quieto mucho tiempo. He acabado la gira con la obra Mandíbula afilada. Estrenamos Losers en Donostia. He estado con ¡Qué nadie se mueva! durante una temporada en Madrid.
¿Ha hecho algo más en televisión además del programa de ETB-1 Barre librea?
—He participado en uno de los capítulos de Patria, tengo un personaje fijo en la segunda temporada de Madres y luego llegó el coronavirus a la vida de todos. Ahora aquí estamos con Barre librea en ETB-1. Estoy con Aitziber Garmendia.
¿Es una vuelta a sus orígenes?
—Más o menos. Este proyecto tenía todos los componentes para convencerme. Es un programa de humor, en euskera y es con Aitziber Garmendia, no hay más que hablar. Hemos podido formar el equipo que queríamos. Tenemos ganas de reírnos y está siendo un proceso muy enriquecedor. Trabajamos duro, pero muy libres; nos están dejando un camino muy atractivo para recorrer.
El primer programa que se estrena en ETB después del parón del coronavirus.
—El estreno de Barre librea llega justo dos meses y un día después del confinamiento, esta frase parece más para una condena que para un estreno. Tenemos que mantener todos los protocolos€
¿Es fácil mantenerlo?
—Haciendo sketches y humor es más fácil saltárselo, procuramos mantener las distancias. Estamos contentos, es un programa que parece decir que poco a poco estamos dando pasos hacia la normalidad.
¿Qué supone para usted volver a este tipo de humor ?
—Es una vuelta que tiene componente romántico. Han pasado seis años desde que hicimos el último proyecto en ETB, Kontrako eztarria. Es regresar con muchas cosas aprendidas al escenario del crimen. Aitziber y yo queremos dar una nueva versión de nosotros mismos con todo lo que hemos andado juntos. Hace casi diez años que nos conocimos en el programa Finlandia, que nos hayan dado un programa a los dos juntos es motivo suficiente para volver a por todas.
Estamos en una época en la que triunfa más el drama que la comedia, ¿cómo ve el humor en estos momentos distópicos que vivimos?
—La comedia siempre es necesaria y, sobre todo, en época de drama lo mejor que podemos hacer es enchufarnos al humor. Del drama también podemos sacar comedia. El drama y el patetismo son fuente inagotables de comedia. La situación que estamos viviendo tiene mucho de drama y mucho de patético.
Supongo que todo será según como afecte.
—Eso seguro. No tenemos las cosas claras, hay mucho desconocimiento e ignorancia y de ahí se puede sacar mucho humor. En los monólogos hablaremos del coronavirus, de la situación, del confinamiento€
Vamos a acabar cansados de ese monotema, ¿no le parece?
—No podemos obviarlo, es un elefante metido en una habitación, pero habrá también temas generales. Entendemos que hay mucha gente que está hasta el gorro de todo esto.
¿Cree que alguna vez el término coronavirus caerá en el olvido?
—Siempre estará ahí. Es la primera vez que vivimos algo parecido. ¿Olvidar? No, no lo olvidaremos. Pero ojalá que lo dejemos atrás y nos riamos muchísimo de todo esto.
Volviendo la vista atrás, hace cinco años se convirtió en Iñaki, el yerno ideal para muchas madres.
—Ja, ja, ja€ Fue un regalazo para mí. Me he puesto el traje de Iñaki durante cinco años, se me podrá olvidar el coronavirus, pero la experiencia de Allí abajo es inolvidable.
¿Qué ha hecho con el personaje?
—Lo he dejado en un armario colgado, tengo muy buenos recuerdos, muy buenas experiencias. Pero toca ir a por otras cosas y todo lo que venga, bienvenido sea.
¿Esperaba el éxito que tuvo?
—No, nunca. No sabía ni yo ni nadie cuál iba a ser la repercusión. Ni dónde me metía ni cuáles iban a ser las consecuencias. El balance, lo puedes imaginar, ha sido todo muy positivo, me quedo con un buenísimo sabor de boca de esa experiencia.
¿Los espectadores se olvidarán de Iñaki cuando le vean como Eduardo en Madres?
—Madres es una serie que me ha venido muy bien. Eduardo es un personaje que nada tiene que ver con Iñaki. Esta serie es un dramón. Está bien que el público me vea en otros registros. A mí me viene bien cambiar el paso para ir ampliando el abanico de personajes y para demostrar que somos actores y somos capaces de desempeñar cualquier papel.
¿Dónde se siente más cómodo? ¿En el drama o en la comedia?
—Mi vida siempre ha estado atada a la comedia, pero tengo todo por hacer en ambos géneros. El drama me gusta muchísimo porque me pone en un lugar opuesto, me enfrenta a lo que siempre he hecho. A los actores nos gusta hacer personajes alejados de nosotros mismos, cuanto más, mejor. El drama no es algo que me haya acompañado mucho en la vida.
Ha pasado un año del final de Allí abajo ¿Sigue manteniendo el nivel de popularidad que le dio Iñaki?
—Sí. Claro. Estoy encantado y orgulloso. Toda la gente se acuerda de ese personaje. Por la calle, la gente me sigue recordando momentos de la serie. Pero se acuerdan de todos los que estuvimos en la serie: Carmen, la cuadrilla, José€, de todos. Eso quiere decir que algo hicimos bien con los espectadores en esos cinco años.
Y si hablamos de Sevilla...
—Echo mucho de menos a todo el equipo. El proyecto está acabado y ya no hay vuelta atrás. Nos quedamos con un buen sabor de boca y lo que me queda es la gente, Sevilla con esa gente. Es una ciudad espectacular, pero lo es más todavía por las personas con las que conviví.
Patria, una serie con muchas expectativas. ¿Cómo ha participado?
—Ha sido una colaboración muy especial, algo muy anecdótico. Solo tengo un par de escenas pero estoy feliz de formar parte de ese proyecto. Leí la novela, me gustó muchísimo, lo que cuenta y cómo se cuenta.
¿Tiene puesto el ojo en algún personaje en especial?
—En todos los del mundo. He sido, y soy lector de novela negra, me gustan mucho las series policiacas y verme envuelto en un proyecto de esas características me encantaría
¿Recuerda esa época en la que iba haciendo monólogos por libre en los bares?
—Por supuesto. Son los comienzos y esos no los olvidas nunca. Es algo que no me gustaría dejar de hacer. Seguimos haciendo monólogos. En Barre librea también los haremos, aunque no sea en los sitios a los que iba al principio. Hemos adaptado esa fórmula de hacer humor al formato televisivo, no vamos a tener público, pero nos vamos a rodear de amigos, de actores vascos que serán también nuestro público y que sumará al que nos vea desde casa. El que sale a hacer el monólogo se ve arropado por miradas amigas y cómplices. Hemos creado un ambiente muy íntimo y muy acogedor. Esperemos que estas sensaciones traspasen la pantalla.
Van a utilizar la improvisación. ¿Es difícil hacer humor sin la red de un guion?
—La estructura del programa estará formada por tres bloques de monólogos, con dos actores por cada uno de ellos. Luego habrá una especie de juego donde participarán todos los invitados y también tendremos sketches. Siempre nos ha gustado esta fórmula a Aitziber y a mí, con ella haremos personajes diferentes que ayuden a la gente a soltar todas las carcajadas que llevan dentro.
"Desde que acabó la serie 'Allí abajo' he participado en 'Patria' y en la segunda temporada de 'Madres"
"Barre librea' no va a tener público en plató, pero vamos a estar rodeados de amigos, actores vascos"
"Aitziber y yo somos amigos del alma, nos conocemos desde hace casi diez años y estoy encantado con ella"