- Hace tres años la primera escena de The good fight mostraba a una horrorizada Diane Lockhart (Christine Baranski) viendo cómo Donald Trump asumía la presidencia de EE.UU. Pero, ¿y si hubiera sido Hillary Clinton la vencedora? Así comienza la cuarta temporada de una serie que se ha convertido en objeto de culto.

Un comienzo fuerte que da pie a un capítulo muy divertido, que llega hoy a Movistar y que demuestra que la creatividad de sus creadores, Robert y Michelle King, no tiene fin. Y eso que no parecía fácil enfrentarse a la desaparición de uno de los personajes principales de la serie, el de Maia Rindell, interpretado por Rose Leslie, y que se despidió al final de la tercera temporada marchándose a trabajar a Washington. Pero la nueva temporada llega con mas fuerza si cabe y sigue ofreciendo unos guiones llenos de certeros dardos contra el conservadurismo y mostrando las deficiencias del sistema judicial estadounidense, rayando a veces el surrealismo y el esperpento.

Habrá menos referencias a Donald Trump -que se había convertido en el blanco de todas las bromas de la serie-, como explican sus creadores en un comunicado de Movistar+: “Haremos más hincapié en cómo la situación política actual está afectando al mundo legal, y algo de eso tiene que ver con Trump directamente, pero mucho también tiene que ver con el daño colateral de la caída de ciertos valores y normas de hoy en día.” Es decir, que seguirá muy pegada a la actualidad aunque han desaparecido esos cortos animados musicales que en la temporada anterior se usaban para explicar muchos conceptos y que suscitaron tanto amor como odio. Su hueco lo va a ocupar una de las consecuencias que está teniendo el mandato de Trump: el ejercicio abierto y descarado de los privilegios que da en Estados Unidos ser rico y blanco.

La nueva entrega de capítulos se adentra en los entresijos del bufete de Chicago, aunque sin olvidar los habituales enfrentamientos con otros abogados en el juzgado. La ausencia de Rose Leslie deja más espacio al protagonismo de Cush Jumbo, cuyo personaje, Lucca Quinn, recupera mucho del espacio que no debía haber perdido. Continúan en el reparto Audra McDonald (Liz Reddick), Delroy Lindo (Adrian Boseman), Nyambi Nyambi (Jay Dispersia) o Sarah Steele como Marissa Gold, una verdadera roba escenas, que ha heredado el carisma y la ironía que tenía el personaje de su padre, Eli Gold (Alan Cumming) en The good wife, la serie de la que derivó The good fight. Entre las incorporaciones, destacan las de Hugh Dancy, como Caleb, un abogado con memoria prodigiosa; y John Larroquete, que recupera bastante del surrealismo de su fiscal de Juzgado de guardia para interpretar a Gavin Firth, uno de los jefazos del bufete. Porque otra de las principales novedades es que tras perder a Chumhum como cliente, Reddick Boseman & Lockhart no tienen otra alternativa que pasar a ser la filial de una poderosa multinacional, STR Laurie, que imprime un carácter diferente a la firma.

Los enfrentamientos de Diane Lockhart, Lizz Reddick y Adrian Boseman con Gavin Firth en su lujosísimo despacho, prometen escenas memorables esta temporada. También regresan algunos personajes que dieron mucho juego en The good wife: Michael J. Fox como Louis Canning, el abogado oportunista y que se aprovecha de su parkinson; o Zach Grenier como el cínico y arribista David Lee. Todos ellos participarán de la nueva etapa del bufete afroamericano que cada vez es más blanco en unos episodios en los que la realidad que pinta la ficción se vuelve cada vez más loca, estética y divertida.

Una evolución que se podrá observar tras un primer episodio que se puede ver como una unidad independiente del resto de la temporada y que llega hoy mismo a Movistar Series -que emitirá un nuevo capítulo cada jueves- en un estreno paralelo a su emisión en Estados Unidos y que estará disponible solo en versión original subtitulada. Igual que las anteriores, la nueva tanda estará compuesta por 10 capítulos.

Esta nueva temporada la lucha sigue, pero toca elegir bien las batallas. Después de perder a su mayor cliente y de que el nombre de su bufete haya sido mancillado, Reddick Boseman & Lockhart no cuentan con demasiado margen de acción. Ante este radical cambio de escenario, los socios se ven forzados a aceptar la oferta de una enorme firma multinacional y convertirse en una pequeña subsidiaria. A partir de ahora, todas sus decisiones pueden ser supervisadas y cuestionadas por un gigante que está, literalmente, por encima de ellos. Mientras STR Laurie se vuelca en promesas buenistas, Diane Lockhart y sus colegas miden sus pasos bajo la amenaza de la pérdida definitiva de independencia.

El cocreador de la serie Robert King ha explicado al portal TVLine que esta temporada se centrará menos en Trump y más en el infierno que ha forjado, legalmente hablando. “Vamos a tratar más sobre lo que la situación política actual le está haciendo a la ley. Hay una tendencia ahora a pensar que las citaciones pueden ser ignoradas y queríamos ver cómo se desarrollaba este aspecto porque gran parte de la serie transcurre en los tribunales y requiere que las personas sigan las reglas”. Pero, ¿qué tipo de drama en la corte tienes si de repente las reglas no importan?”

King añade: “Si puedes decirle al juez, Que te jodan, y el juez no puede hacerte nada porque eres demasiado poderoso o simplemente no obedeces una citación porque no quieres, porque estás cansado ese día… de repente es un juego interesante. No es el juego para el que todos nos apuntamos, pero es interesante y probablemente entretenido. Así que la temporada 4 trata sobre todo lo absurdo que surge cuando las personas no sienten que necesitan obedecer las reglas”.