Madrid - La Feria Internacional de Arte contemporáneo ARCO echó ayer el cierre a su 39 edición con un éxito de ventas de las galerías, pero con una bajada de visitantes, de los 100.000 de 2019 a los 93.000 de este año, que se achaca a la epidemia del coronavirus.

Pese a este descenso del 7% de asistencia, la feria ha sido todo un éxito, las galerías "están contentas" y las ventas han ido bien, según el balance de la directora de la feria, Maribel López. Han sido cinco jornadas dedicadas al arte contemporáneo, dos para público profesional y tres abierta a todos los públicos, en un año que se cierra sin obra polémica y solo deslucido por la menor afluencia: "Todo lo demás ha ido perfectamente".

Las bajas en el grupo de coleccionistas que invita la feria -y que son los que compran-, ha sido pequeña. De los 300 que se esperaba, han cancelado 30 por cuestiones relacionadas con la epidemia, un "número muy razonable", argumenta López.

"El interés y las previsiones eran las mismas (que años anteriores), pero ha habido una reducción, que en cifras no es mucho, pero que obviamente explica que había algo fuera de nuestro control", explica.

Pese a que la alarma creada por el virus se ha cruzado en la agenda de la feria, en la que abundaba el gel de manos y solo se ha podido ver algún visitante con mascarilla, la gran cita del arte español se ha desarrollado con la misma agilidad que anteriores ediciones y la organización se declara "muy satisfecha".

Entre las buenas noticias de este año está la subida del número de mujeres artistas participantes, -del 26% de 2019 al casi 32 de esta- y, aunque es un exiguo 5%, la organización no se plantea medidas para incentivar a las galerías a elevar el número de mujeres.

Este año no había un país invitado, sino una sección dedicada a la obra del artista cubanoamericano Félix González-Torre en la que participaban 13 galerías con 16 artistas, y aunque era un riesgo, tanto las galerías participantes como López se mostraban muy satisfechos.

"Se ha entendido y ha interesado mucho. Ha funcionado bien la creación de un espacio casi paréntesis (en la feria), como una isla. Las galerías están contentas y han vendido".

Tras el cierre de la feria, López comenzará a trabajar en la siguiente edición, que en 2021 cumple 40 años y estuvo a punto de cerrar a Chile como país invitado, pero el proyecto se cayó por la situación del país. Ya tienen una nueva línea de trabajo, pero se hará público más adelante.

Maribel López se estrenaba en esta feria como directora en solitario y ha estado pendiente de todo, desde comprar una mopa para una instalación de purpurina hasta ir encendiendo los monitores de información, que tras horas de funcionamiento entraban en modo ahorro y dejaban de funcionar, como se ha podido ver estos días por los pasillos.

Se muestra muy contenta con el resultado: "Da mucha energía saber que todo ha ido bien, que las galerías han vendido y nos han felicitado por los contenidos".

Además de las ventas de galerías a coleccionistas particulares, museos y fundaciones, la feria ha servido como foro profesional y se han acordado muchas exposiciones, lo cual es otra señal de éxito, destaca la directora.

López, que ha marcado una línea continuista frente a los casi diez años de mandato de Carlos Urroz, se propuso para este año como objetivos dar todo el protagonismo a los artistas, que las galerías tuvieran éxito en las ventas y que la cita fuera un lugar en el que nacieran nuevos coleccionistas.