madrid - "Cuando la derecha pierde el poder se comporta como si se lo hubieran robado", aseguró ayer la escritora Almudena Grandes, quien cree que es normal que la Historia reciente de España, una "mina de oro" para sus novelas, siga estando presente en el día a día de la política. Y es que "las cosas se han hecho como se han hecho", indicó la escritora madrileña, para quien la Transición es un ejemplo de "cómo las cosas pueden ser un gran éxito a corto plazo y un fracaso dilatado a medio y largo plazo".
Almudena Grandes (Madrid, 1960) presentó su última novela La madre de Frankestein (Tusquets), quinta entrega del proyecto narrativo Episodios de una Guerra Interminable que comenzó en 2010 y cuyos títulos, traducidos a más de diez idiomas, han cosechado, además del Premio Nacional de Narrativa del pasado año, el de la Crítica de Madrid, el Elena Poniatowska y el Sor Juana Inés de la Cruz.
La madre de Frankestein se sitúa en los años 50, una de las épocas "más oscuras" de la dictadura franquista, señala Grandes, ya que se había perdido la esperanza de que la comunidad internacional interviniera en la política española. Una década en la que la ideología del nacionalcatolicismo llegó a su máxima expresión constituyendo "otra forma de terror", consideró.
La historia transcurre en un manicomio de mujeres y cuenta la relación entre un psiquiatra regresado del exilio, una paciente célebre y una humilde enfermera, criada en ese lugar. Esa célebre paciente es un personaje que existió en realidad y al que Almudena Grandes llevaba 30 años "dándole vueltas": Aurora Rodríguez Carballeira quien, tras asesinar en 1933 a su hija Hildegart, estuvo recluida en el manicomio de Ciempozuelos hasta que falleció en 1955.
El protagonista de la novela es el joven psiquiatra Germán Velázquez, que vuelve en 1954 a España tras estar exiliado 15 años en Suiza, para trabajar en ese manicomio. Allí se reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, una parricida paranoica, inteligentísima, que le fascinó a los 13 años. Una mujer cuyo delirio fue que debía redimir a la Humanidad y para ello crió a su hija con la idea de que defendiera los principios del socialismo y los derechos de las mujeres, una joven que a los 17 años ya era abogada y que se convirtió en un símbolo en los años de la República. Pero al intentar independizarse del control de su madre, ésta la asesinó. Germán llega a Ciempozuelos para aplicar un nuevo medicamento que se ha demostrado muy eficaz para tratar a los enfermos mentales, la clorpromazina. Pero los dos psiquiatras más importantes del régimen franquista, Antonio Vallejo Nájera y Juan José López Ibor, a pesar de ser rivales irreconciliables, se ponen de acuerdo para que este proyecto no salga adelante.
En la novela se describe el funcionamiento de la psquiatría durante el franquismo, una disciplina que "validó la represión y dio amparo teórico a la cara más tenebrosa del régimen", explicó Grandes. Por eso la psiquiatría fue en esos años "un área estratégica para el régimen, para la expansión de la ideología y con un poder omnímodo", destacó la autora, que recuerda que Vallejo Nájera fue uno de los grandes ideólogos del franquismo.
Este psiquiatra defendía la teoría del "gen rojo", según la cual "el marxismo era un gen que estaba intrínsecamente ligado a la inferioridad mental y por eso había que extirparlo", indicó Grandes, quien explica que ésta es la razón por la que la psiquiatría fue "un puntal del nacionalcatolicismo".
En la dictadura también hubo "toda una tradición" consistente en que "maridos infieles se quitaran a sus mujeres de encima metiéndolas en psiquiátricos, señaló Almudena Grandes, que explicó que su novela refleja a estas mujeres que vivieron "al margen del margen". Eran "las que importan menos, por ser mujeres y por ser enfermas mentales".
A pesar de que es su quinta novela sobre los años posteriores a la Guerra Civil, a Grandes le siguen sorprendiendo las historias de la época. Y asegura que la sexta entrega será la última, como tenía previsto.
"En la sexta y última novela se unirán la resistencia que surgió de la Guerra Civil con la de los años 60, que luego liderará la Transición", explicó la autora, que situará el fin de estos "episodios" en 1964. Para después ya está pensando en otro libro, que basará en la historia de sus bisabuelos. - Efe