Vitoria - Fue un personaje poliédrico, como bien dice Sara González de Aspuru, técnico responsable del Museo de Bellas Artes de Álava. No en vano, sin dejar de lado su importante carrera política en La Habana, Julián de Zulueta también se dedicó a la trata de personas, siendo uno de los primeros en introducir en Cuba a supuestos trabajadores chinos que, en realidad, no dejaban de ser esclavos. Todas esas distintas caras se encuentran referidas en la exposición que ayer abrió la pinacoteca, un acercamiento realizado en torno al verdadero foco de atención de la exposición, un cuadro inédito realizado por Federico de Madrazo, uno de los mejores y más influyentes retratistas del siglo XIX.

La pintura es propiedad de la Diputación desde el año pasado, cuando la adquirió a una familia residente en Madrid por un montante de 20.000 euros. Eso sí, González de Aspuru recuerda que, por los minuciosos registros que llevaba el pintor, se sabe que el político y esclavista nacido en Anúcita encargó otras dos pinturas en la misma época en la que se realizó el que ahora se expone. Uno a su mujer, la Marquesa de Álava, y otro al rey para llevárselo a su residencia de La Habana. Sin embargo, se ha perdido por completo la pista a estas obras y la responsable del museo hace un llamamiento para que quien pueda tener en su poder esos cuadros se ponga en contacto con Bellas Artes de Álava “muy interesado” en ellos.

A la espera de noticias en ese sentido, se podría decir que el retrato ha vuelto, en cierta forma, a casa puesto que su actual exposición se realiza en la sede de la pinacoteca, es decir, en el Palacio Augustín-Zulueta, mandado construir por su hija Elvira Zulueta junto a su marido Ricardo Augustín. Aquí va a permanecer hasta el próximo 31 de mayo dentro de esta muestra especial, que hoy, además, contará con una actividad paralela, La Pasión de Zulueta que a las 12.00 horas ofrecerá Alfonso Sueskun para transitar por la vida de Julián de Zulueta. Además, se ha editado un catálogo especial con textos de Ana Arregui y Cristina Armentia.

“La importancia de la figura de este personaje alavés, así como la del pintor que lo retrata, hacen que esta incorporación tenga un especial significado para este museo”, apunta la diputada de Cultura, Ana del Val. En ese sentido, González de Aspuru pone en valor también la figura de Federico de Madrazo, de quien están registrados más de 600 retratos a su llegada a la península desde Italia realizados a las más altas personalidades de la época.

En lo que respecta a Zulueta, este hombre de familia humilde emigró siendo muy joven a Cuba y allí amasó una gran fortuna. Entre sus negocios, destaca el comercio, el cultivo y la explotación de la caña de azúcar y la trata de esclavos. Su vida se desarrolló de manera fundamental en la isla con esporádicos viajes a la península, donde se mantuvo en contacto con la vida política y de la corte, además de con su entorno familiar en Álava. Falleció a los 64 años de edad a consecuencia de una caída de caballo.