SALAMANCA. Para Amenábar, que ha ofrecido una rueda de prensa en Salamanca con motivo del preestreno del largometraje en la ciudad -donde se grabó gran parte de la trama-, las palabras de Unamuno el 12 de octubre de 1936 están de "absoluta actualidad".
El cineasta ha hecho hincapié en que el filósofo, escritor, rector y político en Salamanca fue "un hombre libre y de paz" que inicialmente denunció los "desmanes" de la República, que confió en el Ejército para restablecer el orden del sistema y que luego se opuso al levantamiento.
Sobre la coincidencia del estreno con la polémica por el traslado de los restos de Franco, ha señalado que "las coincidencias a veces son asombrosas y las carga el diablo" y que la presencia del dictador en el filme como uno de los personajes no fue "fácil".
"No quería retratar a un malo sin más, con cuernos y que echara espuma por la boca", ha dicho sobre el militar después de "desentrañar" su figura para darle forma en una película que ahora llega a los cines.
"A veces lo peor puede anidar en las mejores intenciones" dentro de un Franco que podía "querer a España" pero que "estaba dispuesto a cargarse a lo que fuera, a cargarse a media España si fuera necesario con tal de lograr la España que quería", ha apostillado.
En cuanto a la "absoluta actualidad" del mensaje de Unamuno, ha retomado el tema para decir que España "ha avanzado muchísimo"y ha explicado, sobre las declaraciones de hace unos días sobre la supervivencia del mensaje de Franco, que a la hora de buscar financiación para la película tuvo la "intuición" de que tenían "muchos problemas".
Según sus palabras, esas complicaciones llegaban por la presencia del dictador en la trama, un personaje que "inspiraba mucho recelo", y él llegó a pensar en ese momento que "el fantasma de Franco flota en nuestro alrededor".
"Tienes la sensación de que estamos hablando de las mismas cosas y, por supuesto, la idea de las dos Españas, que está muy presente en la película. Yo quería una secuencia en la que se vieran reflejadas las dos España, y siempre dar argumentos sólidos a una y a otra. En ese sentido, cambias cuatro nombres, cambias Stalin por Maduro, y parece que estamos hablando de lo mismo", ha añadido.
A pesar de esa apreciación, el director de cine ha insistido en que "España dio una vuelta de 180 grados" con una transición "modélica". Aunque "a veces, en transiciones en las que en muchas cosas se opta por la amnistía o se cierra en falso, surgen problemas, se reabren heridas años después".
De nuevo sobre la trama y el mensaje, el director ha reconocido que tuvo empeño en dejar su mensaje ya desde el mismo cartel -una bandera de España como si fuera un telón- de que es "una película sobre España", y ha animado a los espectadores a "levantar el telón y ver lo que se encuentra", y disfrutar de una película que quiere que sea "catártica".