Vitoria - Mañana toca volver a subirse al escenario, esta vez en la ciudad alemana de Villingen-Schwenningen. Las teclas esperan. En el repertorio no hay en esta ocasión ninguna pieza de Maurice Ravel (1875-1937), pero la figura del compositor labortano está muy presente de nuevo en la actualidad de Alfonso Gómez, que acaba de ver convertirse en realidad el segundo disco con el que ha conseguido aglutinar la obra completa para piano del autor tras el álbum que lanzó en 2017.
“En general ha sido uno de los proyectos más largos, intensos e importantes de mi vida. Pero creo que el esfuerzo de estos últimos años ha merecido mucho la pena y que el resultado final es muy satisfactorio. Por lo menos, opino que es el mejor trabajo que he publicado hasta la fecha, aunque la última palabra al respecto la tienen, como siempre, los críticos y los melómanos”, apunta el intérprete vitoriano a la hora de hablar de Maurice Ravel Complete Works for Solo Piano, que edita el sello alemán Coviello Classics, incluyendo ambos CD, tanto el que sirvió para abrir el camino, como el que lo cierra, que fue grabado en el Ensemblehaus de Friburgo -localidad en la que Gómez reside desde hace ya unos años- los días 28 y el 29 de julio de 2018.
“Cuando comencé a estudiar la última obra que me quedaba por aprender para este programa me invadió una sensación muy extraña, triste? y es que me di cuenta de que me estaba despidiendo de Ravel, a quien le he dedicado los mejores años de mi carrera. He aprendido tanto de su música, de su persona, de su integridad como artista? Ahora es el momento de mirar hacia adelante, pero creo que nunca olvidaré este proyecto”, describe el vitoriano, consciente de que algunas de las obras de este doble álbum “figuran entre las más complejas del repertorio, tanto técnica como musicalmente”.
En total, los dos trabajos proponen al oyente más de dos horas y 20 minutos en compañía de Ravel a través de la interpretación de Gómez, un tiempo para disfrutar y adentrarse de lleno en un compositor que ha ocupado un eje fundamental en la vida reciente del pianista. Eso sí, la rueda no para. Hace unos días, el intérprete estuvo en Madrid grabando para el sello Orpheus su siguiente disco con obras para piano de la compositora Teresa Catalán, Premio Nacional de Música 2017. Eso sí, como se decía antes, su actualidad pasa de nuevo por Alemania, donde va a estrenar, además, en el recital de mañana una obra de Andreas Fervers. Se abrirá ahí un pequeño paréntesis que se romperá a finales de agosto y principios de septiembre con una nueva gira por Corea del Sur. Ya de cara al próximo curso, su senda musical le llevará por distintos países europeos y americanos (en marzo de 2020 estará actuando e impartiendo clases en Santiago de Chile) aunando la música clásica con la contemporánea. Será un ejercicio en el que también quiere prestar una particular atención a la obra de un compositor “al que le tengo una admiración muy especial” como es Olivier Messiaen (1908-1992). “El 14 de noviembre, por ejemplo, tocaré en el Festival Bernaola de Gasteiz sus Veinte miradas sobre el niño Jesús, uno de los ciclos más monumentales del siglo XX que recoge en algo más de dos horas de música los lenguajes de vanguardia nacidos en Europa después de la Segunda Guerra Mundial con la teología medieval de Santo Tomás de Aquino. Es una obra emblemática, mágica y profunda, y me hace una gran ilusión poder presentarla en Vitoria”, anticipa el músico.