Vitoria - Una charla en una cárcel para hablar de la literatura clásica vasca. De ese hilo real, gracias al encargo realizado por Euskaltzaindia dentro de los actos de su centenario, nació Martuteneko kartzelan, una propuesta en la que la literatura y el teatro se unen gracias al escritor Bernardo Atxaga y el actor Jose Kruz Gurrutxaga. “A veces digo en broma que somos Gurrutxaga-Atxaga, una pareja de trikitilaris” sonríe el intérprete antes de su visita hoy a la capital alavesa.

En concreto, será a las 19.00 horas en el Palacio Villa Suso -el acceso es gratuito hasta completar el aforo- cuando el escritor (que estos días está viendo como se estrena la versión cinematográfica de El hijo del acordeonista) y el actor se vuelvan a reunir para recrear esta “lectura a medias”. En pocas palabras, en el montaje ambos van dibujando lo que Atxaga se fue encontrando en una visita real a la cárcel guipuzcoana, cómo se enfrentó a toda la situación y lo que expuso ante las personas presas en torno a la literatura vasca clásica. “Por una parte, el espectador escucha, de alguna manera, aquella charla, con los comentarios que hizo y las lecturas de diferentes autores que propuso. Y, por otra parte, se recrea la situación, lo palpado, es decir, cómo fue la entrada, quién le estaba recibiendo, cómo fue caminar hasta el lugar de la charla...”, describe el actor.

Se construye así una “meta-charla” que “tiene puntos muy divertidos” y en la que Gurrutxaga va aportando desde su experiencia escénica. “También toco un poco la guitarra, pero muy poco”, apunta, al tiempo que, con la experiencia de las representaciones ya hechas hasta ahora, describe que “todo se hace muy ameno y amable. La gente está saliendo encantada y esperemos que sea así también en Gasteiz”.

Lo cierto es que “todo está muy bien empastado”, entre otras cosas porque Atxaga “propicia una relación amable y fluida. Además, siempre consulta todo, es muy amable. Y me ha dejado trabajar de manera libre, lo cual es de agradecer”. Ambos se conocieron hace un par de años al adaptar Gurrutxaga al teatro Declaración de Guillermo. “Es un relato muy poco conocido de Atxaga, pero cuando lo leí en su día me encantó y pasado el tiempo me lancé a llevarlo a escena. Me acerqué a Bernardo con mucho respeto y admiración, y él me lo puso todo muy fácil. Poco a poco mantuvimos cierta correspondencia, el contacto y creo que he conseguido tener en él a un buen amigo con el que es un placer estar y charlar”.

No mucho después de aquello, Euskaltzaindia, dentro de los actos culturales que ha impulsado por su centenario, le propuso al escritor poder hacer algo en ese contexto. “Él estuvo maquinando y me preguntó si me apetecía que hiciéramos algo juntos. Y yo, por supuesto, encantado. Pero estaba un tanto indefinido qué iba a ser. Si algo más teatral, si una lectura? Al final se concretó en hacer una lectura y ver cómo podía encajar yo ahí”, un trabajo entre ambos que terminó cristalizando en un proyecto que ya ha pasado por distintas localidades y que todavía tiene más agenda por delante, aunque hoy tiene parada en Gasteiz.