MADRID. Ocho años después, los navarros Marea regresan "para que se acabe la tontería". No en vano, son la última gran banda del rock español, la más joven capaz de llenar pabellones y grandes recintos como de otra época. "Cuando nos fuimos, el rocanrol se fue con nosotros. Lo único que ha habido en estos ocho años es tontería. Hemos tenido que volver para que se acabe la tontería", remarca a Europa Press el vocalista Kutxi Romero, entre desafiante y socarrón.
"Somos los únicos que quedan", sentencia acto seguido, para luego argumentar solemne: "Llevamos 22 años en esto y seguimos siendo los nuevos. Me fliparía que hubiera ocho bandas por detrás empujándonos. Me encantaría y estaría para ayudarles como nos ayudaron a nosotros Fito, Iñaki Uoho, El Drogas y los Barricada... para entender este camino que ellos ya habían pasado de una manera mucho más dura".
Así, tras afirmar que ellos se "fiaron" de sus "mayores", apunta Kutxi con esperanza que "ojalá" Marea deje ese "camino abierto para que otras bandas puedan entrar". "Y que no estemos dentro de diez años aquí tú y yo te tenga que decir que somos los únicos que vamos a llenar pabellones este año".
A pesar de esta realidad en la escena española, se muestra el vocalista seguro de que el rock permanecerá porque, aunque "nunca haya estado de moda, siempre ha estado". "Todo lo demás estuvo de moda pero ya no está. Prefiero así, todo el rato. Rosendo ha visto pasar la movida madrileña, el grunge, el indie, el trap... y todo pasó de largo pero él estuvo hasta que se quiso ir. Y ahora vuelve La Polla Records y llena pabellones, algo quiere decir eso musical y socialmente".
No es baladí la mención a Rosendo, gran referente para Marea en general y Kutxi en particular, pues incluso en una de las nuevas canciones, Jindama, hay un verso que dice 'la ciencia llegó de Plasencia y de Carabanchel'. No hace falta ser muy entendido para saber que es una referencia clara a Robe Iniesta de Extremoduro y a Rosendo Mercado.
"Es una muestra de respeto absoluta hacia dos genios. Ellos dos son principalmente los artífices de que yo exista musicalmente", admite sin ambages Kutxi, quien aún argumenta: "Rosendo por ser él y porque todos los músicos del mundo aspiramos a jubilarnos con tanta honestidad tras una carrera limpia y de calidad como la suya. Robe porque fue el primero que dignificó la literatura en el rocanrol español. Fue el primer literato del rocanrol español".
OCHO AÑOS DE AUSENCIA El Azogue (2019) es el disco de regreso de Marea y está disponible desde este viernes. Ocho años después de En mi hambre mando yo (2011). Mucho tiempo de espera, pero es que, según apunta el guitarrista y productor David Díaz 'Kolibrí', ellos llevan "una vida muy tranquila" en Berriozar (Navarra) con sus familias. "Ahora regresamos y nos damos cuenta de la dimensión de esta vorágine y dices 'hostias pues igual me vuelvo para casa'", lanza entre risas propias y ajenas.
"Ten en cuenta que antes del primer disco estuvimos 21 años sin hacer ni una canción, así que fíjate lo que nos entretuvimos", apostilla divertido Kutxi, quien apunta a principios de 2016 como el inicio real del proceso de este nuevo álbum.
Toma la palabra el batería Alén Ayerdi -también mánager de Extremoduro- para relatar "una serie de desgracias" que lo retrasaron todo: "A mi me operaron varias veces del corazón, así que al grupo le fallaba el motor. Luego a Kolibrí le fallaba el oído y, para rematar, al cantante le tuvieron que operar también de la garganta".
Ante semejante panorama, reconoce Alén que hubo cierto parón porque tuvieron "una entrada en los cuarenta que ha parecido la entrada en los ochenta". Tirando igualmente de buen humor completa Kutxi: "Fue una sobrada, la verdad. Eso que dicen que cuando cumples los cuarenta te empiezan a doler cosas al día siguiente ha resultado ser la puta verdad".
Una vez superadas las dificultades, Marea entrega El Azogue, un disco marca de la casa de rock rotundo y robusto con lírica desbocada. "Este sonido es el sello del grupo", sentencia Kolibrí, quien explica además que lo grabaron en tres días tocando todos juntos porque mientras iban componiendo y ensayando sentían que había "una energía potente que atrapar".
Y lanza una reflexión más como productor que como guitarrista: "Hoy en día los discos pueden ser muy artificiales y perfeccionistas, con cada cual grabando por separado. Queda muy bien pero le falta algo. Al grabar todos a la vez encuentras otros alicientes y quizás no quede tan perfecto porque no tocas hasta que te sale exactamente como quieres, pero todo eso suma y crea una energía especial. Notamos ese buen resultado porque el rock es energía, en definitiva".
Con esa energía y las letras inspiradoras de Kutxi se crea una conexión especial entre Marea y su entregado público, que ve en ellos algo a lo que aferrarse. "No sé si ayudamos a la gente a luchar en su día a día, pero por lo menos la entretenemos", concede el vocalista con humildad, apostillando que ellos son "hijos de obreros, de gente humilde y del extrarradio".
"Hemos hecho todo esto sin tener ni idea de cómo funcionaba este negocio", señala, prosiguiendo con esa idea de lucha diaria que le lleva a otro punto diferente según encadena palabras: "Que cuando la gente que se dedica a esto habla de negocio me da un poco de vergüenza, todo sea dicho. El rocanrol no es solo un negocio, no llames negocio al rocanrol, no seas hijo puta. El rocanrol es muchísimo más que un negocio. Ese negocio llega cuando se ha hecho antes lo más importante".
GIRA DE PRESENTACIÓN Con el disco en la calle y sin querer hablar de negocio, lo cierto es que Marea se centran estos días en los preparativos de su gira, que arrancará el 1 de mayo en Cáceres y tendrá medio centenar de fechas -multitudinarias en mayor o menor medida todas ellas- por prácticamente todas las provincias españolas.
Con esta hoja de ruta bien presente, apunta Alén que "2019 va a molar". Y agrega entre divertido y travieso: "Después de tanto tiempo, con las ganas que tenemos de estar juntos y viendo el año que nos vamos a pasar de furgoneta... Tenemos tantos compromisos familiares que nos vamos a relajar en la gira. Es que cuando te montas en la furgoneta lo único que puedes hacer es descansar y esperar para tocar, ¿tu sabes qué gozada?".
Una fecha importante en este periplo será el sábado 22 de junio en La Caja Mágica de Madrid. "Nunca habíamos hecho tanta gente pero ya hemos vendido más de 20.000 entradas y quedan dos meses, así que ya hemos superado la cifra de la gira anterior", resalta Alén, quien explica también que "han limitado bastante el aforo después de los problemas de organización con Vetusta Morla" en junio de 2018, a pesar de lo cual "caben 30.000 personas" frente a las 38.000 que reunió el grupo madrileño.
Más allá de este concierto en particular, Marea mira al medio centenar de fechas para 2019 sin saber qué pasará en 2020, aunque deja Kutxi una puerta abierta: "Siempre cerramos la persiana cuando acabamos una gira, pero para el año que viene igual nos damos algún capricho como algún cierto tipo de concierto muy concreto o abrir para algún grupo 'guiri' que nos mole, que eso ya nos lo ofrecieron pero dijimos que no".
Sin querer pillarse los dedos ni hablar de más, termina Kutxi reflexionando en voz alta sobre lo que les puede apetecer o no: "Yosi siempre enseña el cartel que tiene enmarcado de cuando abrieron para los Rolling Stones. Ese tipo de cosas, ser parte de la historia del rocanrol a nivel mundial... Porque ahora que lo pienso, lo que nos falta con respecto a todas las grandes bandas es un disco malo. Pero hay tiempo, ya lo haremos. Es por curriculum, no sé, probablemente no sepamos hacer un disco malo, pero lo intentaremos".