Vitoria - Por supuesto, es su labor cinematográfica la que sigue marcando la agenda. Para marzo o abril llegará el rodaje de su próximo cortometraje, un thriller que además le servirá como teaser de un largo para el que en estos momentos se sigue buscando financiación con la mirada puesta en 2020. Además, trabaja en el guión de otra producción, mientras se terminan de lanzar los capítulos de la segunda temporada de la webserie Si vienes, repites, y Moda, su última propuesta estrenada en 2018, mantiene su camino por una larga lista de festivales. Eso sí, ahora a Imanol Ortiz López le toca hacer un paréntesis dentro de sus facetas audiovisuales para acompañar el lanzamiento del cómic Ajuar funerario (Páginas de Espuma).

Hace justo 15 años y con este mismo título, el escritor, investigador, docente, filólogo e historiador peruano Fernando Iwasaki publicó por primera vez un libro de microrrelatos que se ha convertido en todo un clásico en la literatura en castellano a un lado y el otro del Atlántico, una obra que en entregas posteriores ha ido sumando cuentos hasta llegar al centenar de historias, todas ellas marcadas por el género fantástico y de terror. De sus entrañas, Ortiz López ha seleccionado 18 para, junto a la labor del ilustrador Beñat Olea, adaptarlas al lenguaje del cómic y compartirlas con los lectores, tanto con aquellos que conocen el trabajo original como con quienes hasta ahora no se habían asomado a él.

“La gente se va a encontrar, sobre todo en el caso de quienes no conozcan el libro de Iwasaki, con 18 historias breves, impactantes y variadas”, relatos que, de manera intencionada, se han repartido en tres secciones, cada una de ellas abierta con unas palabras del propio autor peruano: seis conforman la dedicada a los cuentos de infantes, seis a los de monstruos, y seis a los de difuntos. “La libertad creativa que he tenido en este proyecto ha sido absoluta”, describe Ortiz López, aunque en la mayoría de los casos “en las adaptaciones hemos respetado de manera completa el relato seleccionado; son muy fieles al original”.

Para llegar aquí, eso sí, se han empleado varios meses de trabajo desde la distancia entre el director de cine y el ilustrador, aunque las nuevas tecnologías han servido para acercar Vitoria y Barcelona, sus respectivos lugares de residencia. “Nos hemos entendido muy bien, a lo que ha ayudado la relación personal que hemos conseguido” y la capacidad que los dos se han otorgado de aportar a un libro en el que han incluido más de un guiño -Ortiz López presta su físico al personaje de uno de los relatos, por ejemplo- y más de una referencia al cine, a películas como M, el vampiro de Düsseldorf de Fritz Lang o Drácula, de Bram Stoker de Francis Ford Coppola.

De esta forma se completa un proyecto que, sin todavía saberlo, empezó hace ya unos años, cuando Ortiz López descubrió Libro de mal amor, que le sirvió para entrar en el resto de producción de Iwasaki, de quien, años después, consiguió los derechos para llevar a la pantalla en forma de corto Peter Pan, relato recogido en Ajuar funerario. “Ahora habrá que esperar la respuesta de los lectores, porque material hay para hacer un segundo volumen”. Todo llegará.