Dicen que Jennifer Aniston nunca ha olvidado a Brad Pitt. Eran matrimonio, estaba considerada una de las parejas más atractivas de Hollywood, cuando una película se interpuso entre ellos. Mr.&Mrs. Smith juntó en el mismo escenario a Angelina Jolie y al actor. Surgió la pasión y nació una marca de pareja, Brangelina. lo que continuó es historia conocida. Tras el divorcio de Pitt, Aniston hizo lo propio con Justin Theroux. Los rumores ya no fueron susurros discretos, más bien voces potentes que decían que entre estos dos había algo.
Al final va a ser que sí. Necesitaban estar lejos de EEUU, Italia no está nada mal para mantener las distancias. Ella tenía un compromiso para hacer una película allí y él casualmente pasa por Liguria con su hija Shiloh. Y para rizar el rizo y facilitar el romance, el encuentro o como se le quiera llamar, tenía un celestino casamentero amigo de ambos: George Clooney. Él posee una de las casas más espléndidas del lago Como y les invito a ella para que pudieran mantener una relación más tranquila y alejada de los focos de los paparazzis.
Clooney ha convertido su mansión italiana en un lugar de encuentros furtivos y no furtivos para sus amigos del alma. No es esta la primera pareja que se refugia en el lujo palaciego de Villa Oleandra para huir de los cotilleos. En el caso de estos dos faltan las fotos que confirmen la relación.