El oficio de pastor, al menos en la manera que se lleva desarrollando en los últimos siglos, está condenado a desaparecer. Ya quedan muy pocos pastores que cumplan con el ritual anual de subir su rebaño de ovejas a las cumbres, en busca de pastos frescos, quedándose con él durante largos meses hasta el retorno al valle, con la llegada de las primeras nieves, y viviendo en txaulas diminutas y oscuras, equipadas con lo mínimo para pernoctar y cocinar, donde también se las ingeniaban para elaborar queso.

Una vida dura donde las haya, que habla de hombres rudos acostumbrados a los rigores de la naturaleza, ya que las mujeres, en la mayoría de los casos, quedaban en el baserri al cuidado de la familia, hacienda y huerta, y haciendo frente a unas, no menos rigurosas, labores. Así, no es de extrañar el escaso relevo generacional que sufre el pastoreo tradicional, que no la profesión, ya que las nuevas tecnologías también han animado a muchos jóvenes a hacer de este su modo de vida, pero de una forma mucho más sosegada y con el tiempo libre que jamás tuvieron sus ancestros.

Se trata, en definitiva, del ocaso de una tradición milenaria que el escritor y guionista, José Luis Urrutia, se ha propuesto salvaguardar del olvido, mediante la realización de documentales. El primero -de hora y media de duración, estrenado el pasado mes de marzo y que saldrá a la venta este mes en formato DVD, dada la demanda surgida- se centró en la actividad pastoril en Sierra Salvada, “donde solo queda un pastor en la zona vizcaína, y ocho en la alavesa, y todos ellos con más de 60 años”, recuerda Urrutia, que no quiere obviar que el proyecto surgió a iniciativa del biólogo ayalés, Enrique Arberas que, junto a otros expertos en el mundo del pastoreo y los propios pastores de este entorno y sus familias, son los protagonistas de esta cinta.

En rodaje El segundo, en cambio, se encuentra en pleno proceso de grabación y estará dedicado al que es considerado como el macizo más emblemático del País Vasco: Gorbea. “Poco después del estreno del documental Los últimos pastores de Sierra Salvada en Amurrio, y en buena medida por la repercusión que dicho documental tuvo (y continúa teniendo en los diversos lugares en los que se viene proyectando), Luiso López y Jesús Ángel Santa Cruz nos propusieron realizar un proyecto en la misma línea, pero centrado en Gorbea”, explica.

De esta forma, tras las pertinentes reuniones con alcaldes de la zona como el de Zuia, Unai Gutiérrez, e incluso con el diputado foral de Ganadería, Eduardo Aginako, que “nos ha prometido una ayuda”, se diseñó un plan de trabajo y se establecieron plazos para sacar a la luz Pastores del Gorbea que, al igual que en Salvada, “tiene por objeto principal plasmar en formato documental el pasado, el presente y las perspectivas de futuro del pastoreo ovino y todo lo que le rodea y atañe, con la diferencia de que Gorbea tiene 20.000 hectáreas, frente a las 2.000 de Salvada y, por consiguiente, más pastores, más recursos y más trabajo, por lo que se ha planteado todo un año de grabaciones de cara a abarcar todo el ciclo anual y poder ofrecer una visión más detallada del oficio”, subraya. El equipo técnico es el mismo de Sierra Salvada; es decir, Karlos Trijueque, de la productora TAOM, responsable del rodaje, edición y postproducción; Txarly Marqués, de la productora JYT kreaKtibos, en tareas de producción y logística; y el fotógrafo Santi Yaniz en el apartado de foto fija y dron, todos ellos comandados por Urrutia, que se encarga del guión, dirección y montaje.

No obstante, “la figura clave en la producción de campo en Salvada, el biólogo Enrique Arberas, también forma parte del equipo de trabajo, junto a otros muchos expertos en Gorbea que nos están ayudando lo indecible con su conocimiento del terreno y vehículos 4x4, tales como Esteban Etxebarria, de Manurga; Luiso López y José Antonio Ganzabal, de Baranbio; el etnógrafo de Aranzadi, Javi Castro; Juantxu Uribarren, de Orozko; Gorka Bores, de Zeberio; o el presidente de la Junta Administrativa de Baranbio, Jesús María Bernaola, cuyo magnífico euskera nos está salvando de más de un aprieto a la hora de entrevistar a pastores veteranos de la vertiente, sobre todo vizcaína, pues emplean un lenguaje preciosista repleto de jerga propia y exclusiva del mundo pastoril, y sus testimonios son los más fuertes, ricos y emblemáticos. De hecho, es lo que me ha llevado a decidir mantenerlos tal cual con subtítulos en castellano. Esta riqueza oral no se puede perder”, matiza.

En concreto, el primer ciclo del plan de rodaje se llevó a cabo en junio y agosto, y se dedicó especialmente a realizar entrevistas con algunos de los pastores más veteranos y a recoger imágenes recurso de las zonas en que vienen desarrollando sus labores desde hace décadas. También se hizo hueco a la festividad de San Ignacio, marcada en el calendario pastoril, y se tuvo la oportunidad de grabar la subida a la Cruz de decenas de personas de todas las edades que, entre la niebla y bajo el sirimiri, se acercaban hasta la cumbre, besaban con cariño y devoción a la Virgen y descendían luego para asistir a la misa de rigor en Egiriñao, donde el alcalde de Zeanuri, Eusebio Larrazabal, “nos brindó unas palabras”.

Hasta ahora se ha entrevistado a nueve pastores de la zona vizcaína, tales como Luis Larrea, de Orozko, con txabola en Austigarmin; Enrique Etxebarria, de Zeanuri, con txabola en Arraba; o Jose Mari Olabarri, el Rubio de Urigoiti, que “tenía txabola en Itxina y, pese a sus 82 años, nos costó seguir su ritmo por el monte”. Mientras que en la vertiente alavesa han recogido el testimonio de Paula Menoyo, de Amezaga-Zuia; Juanjo Ortiz de Zárate, de Sarria; Javier Aldama, residente en Abezia; o de Manu Bilbao, residente en el caserío Oñate, de Altube-Zuia; así como el de las nuevas generaciones de pastores.

Nuevas generaciones Un ejemplo se encuentra en el matrimonio formado por Iñaki López y Belén Etxebarria de Etxaguen. “Son socios de Agorala y están muy centrado en mejora genética. De hecho, tienen y utilizan la que fue en su día la primera ordeñadora circular de Euskadi, aunque no elaboran queso, pero sí venden la leche. Con ellos grabamos el proceso de inseminación artificial”, apunta Urrutia. Asimismo, visitaron la explotación y quesería de Axier Urien y Maribel Álava. Otra pareja joven de San Pedro, perteneciente al pueblo de Zestafe, que “sí sube sus ovejas a pastar al monte, pero ya no duermen allí como los de antaño, las controlan por GPS”. Con todo, el caso que más les ha sorprendido es el del joven de Zaitegi, Iñigo Gracianteparaluzeta. “Estudió Bellas Artes y ha vivido hasta en Alemania, pero decidió volver para levantar una explotación de cabras, en proceso de construcción, con un planteamiento muy moderno basado en el círculo ecológico y alejado de la esclavitud del pastoreo tradicional, en el sentido de tiempo libre. Tiene unas ideas muy claras”, asegura Urrutia.

Para oírle habrá que esperar como poco hasta el otoño de 2019, fecha estimada del estreno de este documental que “dada la cantidad de material y lo que abarca, irá fijo dividido por capítulos, aún no sé si por zonas o estaciones del año, para que resulte ameno”, adelanta. Y es que hasta el momento solo han grabado del ciclo anual de labores del pastoreo el destete de corderos y la elaboración de queso a mano, y aún quedaría la bajada de los rebaños al valle (octubre-noviembre), los trabajos propios en caserío durante el invierno, la paridera y venta de corderos entre enero y marzo, y el reinicio del ciclo con la vuelta a los prados de montaña en abril o mayo; así como “nuevos testimonios de pastores y lo que denomino el bloque de expertos, con entrevistas a historiadores, etnógrafos y similar”, detalla. De momento, a mediados de septiembre dará inicio la segunda fase del plan de rodaje con la grabación de la berrea del ciervo. En definitiva, un trabajo audiovisual que aúna y engarza pasado, presente y futuro, y que quiere mostrar un testimonio vivo de lo que ha sido, es, y puede ser el pastoreo en el macizo del Gorbea.

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