enfermedad - Isabel II y su marido, Felipe de Edimburgo, fueron ayer los grandes ausente del bautizo del príncipe Luis Arturo Carlos de Cambridge, que se celebró la tarde de ayer en un acto privado con la presencia del resto de los miembros de la familia real.
No es la primera vez que la reina, de 92 años, se ve obligada a suspender una de sus apariciones. Hace dos semanas no acudió por su avanzada edad a un acto público. Tampoco lo hace ya su marido, de 96 años, que está retirado por su avanzada edad de la vida pública.
El palacio de Kensington publicó ayer la lista de invitados a una ceremonia pequeña y familiar, íntima. En ella estarán presentes los abuelos del niño -el príncipe Carlos y su esposa Camila y Michale y Carole Middleton, padres de Kate- y sus tíos, los recién casados duques de Sussex, la hermana embarazada de Kate, Pippa Matthews, y su hermano, James Middleton.
Los padrinos de Luis serán amigos de los duques de Cambridge. Entre los nombres también están una prima de Kate Middleton, Nicholas van Cutsem, Guy Pelly, Harry Aubrey-Fletcher, Lady Laura Meade, Robert Carter y Lucy Middleton. La ceremonia está prevista para las cinco de la tarde, con una duración de 40 minutos, y en ella se usarán aguas del río Jordán.
A pesar de que los malos augurios rondan ahora la vida de la monarca, ésta participará en el centenario de la RAF, y el viernes recibirá a Donald Trump. Fuentes cercanas a la monarca aseguran que estas ausencias son solo un parón en su atareada vida pública. En mayo fue sometida a una operación de cataratas, pero no canceló ninguno de sus compromisos. Todavía sigue a la espera de operarse la rodilla, asunto que pospone para cumplir con sus deberes. En 2017, la reina más longeva acudió a casi 300 eventos. Por ahora, la opción de abdicar en su hijo, el príncipe Carlos (69 años), no pasa por su cabeza. - DNA