Una vez más los datos de audiencia radiofónica, segunda oleada 2018, han visitado los despachos directivos de las cadenas de radio, que en términos generales han mostrado satisfacción mayor o menor con los resultados habidos. Podría decirse de la radio española lo de la canción que cantara el ínclito Julio Iglesias,” la vida sigue igual”, o al menos eso parece deducirse del panorama dominado por la cadena SER con 4.0089.000 flamantes oyentes y un -3.4% respecto de la anterior oleada.
De momento, no hay manera de desbancar al líder, superado el momento de incertidumbre por la marcha de Iñaki Gabilondo. Su fórmula de radio musical, los 40 principales da un baño al resto de formatos competidores. Las radios y sus productos aparecen como lagunas balsámicas donde nada se agita, poco se cambia y casi nada se transforma.
Los responsables de las cuatro cadenas a nivel estatal, SER, ONDA CERO, POPULAR y RNE centran sus preocupaciones en mantener en antena a las estrellas radiofónicas que dan brillo, audiencia y “pasta”, y no hay más en la viña del Señor.
En estos tiempos de temporada acabada camino del paréntesis veraniego, los gestores centran sus esfuerzos en mantener a cada figura en su pedestal y no variar la oferta radiofónica. Tres profesionales reconocidos y de importante pedigree hacen mañana, tarde y noche en las radios convencionales, y no aparecen nuevos presentadores con refrescados estilos y enfoques.” Santa Rita que me quede como estoy “parece ser plegaria de los que manejan la radio y dan coba a los Francino, Herrera, Otero y otros señeros nombres del estrellato mediático que el EGM retrata.
Cosa distinta es lo que pregonan con machacona repetición los datos de las redes digitales que empiezan a dibujar un panorama distinto de consumidores que escuchan la radio de forma fragmentaria y distinta a la convencional. Pequeño terremoto en ciernes.