madrid - El Museo del Prado abrirá sus puertas a uno de los artistas más singulares del Cinquecento italiano, Lorenzo Lotto, el retratista “moderno” del Renacimiento que pintó a los “alejados” de las corrientes mayoritarias e incluyó objetos de su vida diaria para mostrar “sus inquietudes”.

Si Tiziano se encargó en retratar a los triunfadores del siglo XVI, Lotto huyó de las corrientes pictóricas de la época, lo que le hizo pasar a la historia del arte como un pintor “moderno”, ya que en sus retratos incluyó objetos de la vida de sus personajes para mostrar su vida y su “psique”.

Por esto, según contó el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, el experto en arte Bernard Berenson en 1895 ya dijo de él (Venecia 1480- Loreto 1557) que se trataba del “primer pintor que se ocupó de los estados de ánimo”. Lorenzo Lotto. Retratos, coorganizada por la National Gallery, estará en la pinacoteca del 19 de junio al 30 de septiembre para mostrar 38 pinturas, diez dibujos, una estampa así como una quincena de esculturas y objetos similares a los representados en los retratos, como un rosario del 1.6000 un anillo de oro del S.XVI o una camisa masculina de encaje y lino (1650-1700).

“Lotto es uno de los pintores más singulares de todo el Renacimiento y una de los retratistas más importantes de toda la historia occidental. Es posible que Tiziano fuera mejor retratista que Lotto, pero es más aburrido porque la variedad de recursos que utiliza Lotto es enorme”, destacó Falomir, también comisario de la muestra junto con Enrico Dal Pozzolo, de la Universidad de Verona.

Entre los cuadros que se podrán ver se encuentra el retrato de un matrimonio (realizado entre 1523-1524), propiedad del Hermitage de San Petersburgo (Rusia), en el que incluye a un Cupido “socarrón” que mira al marido, y donde incluyó un yugo a la espalda de la pareja, enviando así un mensaje de lo que él pensaba sobre el matrimonio.

Pero, en cuadros como éste, destacó Falomir, también se pone de manifiesto otra de las contribuciones de Lotto al retrato: “Hasta entonces en la pintura italiana el matrimonio se representaba en dos cuadros (uno para el hombre y otro para la mujer), y él los retrata juntos”.

“También -añadió- trabajó con un nuevo formato horizontal (hasta el momento eran verticales) que le permitió incluir objetos que reflejaban las inquietudes del personaje, con lo que cuenta también su vida (...) Nos ayuda también a entrar en la dimensión social y material de la realidad del momento”.

La exposición finaliza con el testamento ológrafo del pintor italiano, sellado con la “grulla levantando el vuelo”, que tenía como significado, en palabras de Falomir, “el ansía del alma espiritual de elevarse al mundo de las ideas”. - Efe