Siguiendo los pasos de la poesía, en 2014 llegó Esencias de una vida, poemario al que le tomó el relevo, dos años después, Pálpitos, sin olvidar su participación en diferentes antologías y revistas bajo el seudónimo de OsKarTel. De hecho, con este mismo nombre se bautiza su huella en Internet, un blog en el que el relato corto y el verso también encuentran una puerta abierta para relacionarse con los lectores. Por Óscar Gavilán quiere ahora dar un paso más allá, poniendo su mirada en la novela a través de Llámame Yesi, que está a punto de ver la luz.

De hecho, si todo va como está previsto, será a finales de este mes cuando el título se convierta en una realidad palpable por parte de los lectores, justo después de terminar la actual campaña de crowdfunding que el escritor alavés -que reside en Salamanca- ha puesto en marcha para poder afrontar los gastos de promoción y difusión de su obra. Todavía quedan 16 jornadas para poder tomar parte en este micromecenazgo (https://es.ulule.com/llamameyesi/) en el que se ofrecen, como siempre, distintas recompensas en función de lo aportado (lo mínimo son cinco euros).

A la espera de cerrar con éxito este paso previo, Gavilán quiere proponer a los lectores una primera novela “trepidante” que “trata varios frentes, aunque quizá el más importante es el que viene a decir que el dinero no lo es todo realmente”. Para ello, presenta, por ejemplo, a Víctor, “un tipo que tiene muchísimo dinero, que creó en un momento dado una empresa muy importante, aunque llegó a un instante en su vida en el que dijo hasta aquí hemos llegado”, una renuncia que tiene su explicación aunque no se pueden dar detalles. Eso queda para quienes se asomen al libro, ya sea en su versión digital o física. Algo parecido pasa con Yesi, una mujer que se dedica a la prostitución. “Parece que a veces la sociedad nos vende que las prostitutas no son personas, no aman, no lloran, no tienen sentimientos o problemas diarios”, una imagen que el autor rompe a través de una historia que, como buen thriller, también tiene su “malo”. Así son los tres protagonistas de una obra con “un final que no creo que se llegue a esperar nadie”.

A partir de ahí, el autor describe que “me gustaría generar emociones en el interior del lector y que reflexione sobre la vida, la sociedad, sobre que las cosas no son lo que parecen en muchas ocasiones, sobre lo que podemos hacer para cambiar”, al tiempo que “se sale de la monotonía de la realidad diaria”. Gavilán no oculta que ésta “es una novela dura, pero es que la vida también lo es, no es todo alegría como se nos vende y vemos en las redes sociales. No todo el mundo es feliz. A veces no estás contento”. Claro que, como él mismo dice, entre las páginas de Llámame Yesi hay, asimismo, “positivismo porque tampoco la vida es siempre problemas y negatividad”.

A la espera de cerrar las presentaciones del libro que le gustaría hacer, en principio, tanto en Salamanca como en Gasteiz, el autor sigue escribiendo sin cerrar ninguno de sus frentes. “Realmente no he dejado a un lado la poesía. Recito mucho y no descarto publicar más. Pero me apetecía poder desarrollar más una historia puesto que tengo varias en mente”. En este sentido, Gavilán comenta que su primera novela nació en realidad como micro-relato, al igual que otros que va subiendo a Internet a través del mencionado blog. “Siempre me ha gustado escribir y me llamaba el hecho de adentrarme en la novela, también porque, siendo honestos, tiene más repercusión que la poesía”, dice. “Las formas de hacer no son las mismas y también me ha servido para aprender. Con todo, no me voy a parar aquí. De hecho, ya estoy escribiendo la segunda novela y tengo otras ideas sobre la mesa más allá de que ahora estoy un poco parado centrado en la promoción del nuevo libro”.

Lo próximo ya llegará. Ahora es el momento de Llámame Yesi, “una gran historia que va a impactar” aunque no se puede desvelar mucho. Tal vez sólo que en la habitación 215...