la lenguaraz, montaraz y veterana política del P P, Celia Villalobos tronaba cabreada a las puertas del Congreso en el primer día de la finalizada moción de censura contra la Tele de los Lara, La Sexta, acusando al citado medio de haber propiciado el descalabro político de Rajoy con la política informativa seguida por la cadena en el asunto de los casos de corrupción, que ya se sabe haberlos hailos en todas latitudes de ibérica piel de toro; pero las conclusiones judiciales del caso Gürtel pasan de castaño obscuro y en cualquier democracia hubiera costado cabezas del gobierno entero. Es un tópico, una expresión repetida, y hasta quizás una leyenda urbana, que los grandes medios de comunicación tienen poder para acabar con la vida política de personajes importantes de actualidad. Y también es conocida la factura ideológica, el sesgo político que todos los medios de comunicación atesoran sus genes ideológicos. Es realidad social la existencia del poder mediático, capaz de construir una imagen favorable/desfavorable de personas, instituciones y asuntos de actualidad que sometidos al foco mediático lanzan a los sujetos de su atención al crispado ejercicio de la actuación mediática día tras día. Los mensajeros de la información se atañen a las dinámicas propias de la cobertura informativa de las noticias y por ello, deben explicar el que, el modo y las maneras del asunto tratado, más allá de estrategias políticas o empresariales, en momentos delicados de la vida democrática. Existen medios comprometidos con la verdad y sus modos y maneras de informar, y conforman estilos sanos en el sistema necesitado de pluralidad, concurrencia de medios y competencia diaria en la mejora y calidad de su producto. Tropezaba una vez más la citada política andaluza, que erraba el tiro cuando acusaba a un medio de manejo manipulador.