gasteiz - Sus ideas sobre periodismo están avaladas por 43 años en TVE (con un paréntesis en Telemadrid). En sus 18 años como director y presentador de Documentos TV vio miles de reportajes y seleccionó 980 “para espectadores como usted”. Siempre con un reto en el horizonte: ofrecer una televisión de calidad, que aborde de cerca la realidad social y con una apuesta por la inteligencia frente a la trivialidad.
La emisión en 1995 de ‘Las habitaciones de la muerte’ conmocionó a todo el país...
-Narraba la situación en los orfanatos de la República Popular de China a raíz de la implantación, en 1979, de un decreto por el que cada familia no puede tener más de un hijo. Esta política ha llevado al abandono de muchísimos bebés en los orfanatos. Los de sexo femenino tienen un destino aun peor. Era el escalofriante relato de cómo millones de recién nacidas son abandonadas en condiciones realmente espantosas.
Cuando lo compró, ¿pensó que iba a tener ese efecto?
-Cuando lo adquirí a Channel Four no imaginaba la tremenda repercusión que tuvo desde el mismo momento de su emisión: bloqueo de la centralita de TVE, debate en el Parlamento, negociación entre los Gobiernos de ambos países para agilizar trámites de adopción...
¿Por qué ha cuajado ‘DTV’?
-Uno de sus éxitos es que ha sabido mezclar un conjunto de tendencias, estilos narrativos y contenidos, todo en el contexto de eso que se define como actualidad permanente. Para ello es fundamental poner en práctica un lema del que he hecho bandera como método de trabajo: “No podemos planificar lo imprevisible pero sí podemos adelantarnos a lo evidente”.
Usted fue el creador y director de ‘Informe Semanal’. Sus programas tienen el don de la longevidad...
-Tuve el inmenso privilegio de poner en marcha este espacio, convertido en un clásico de la programación con 38 años ininterrumpidos en antena. Me siento satisfecho porque se creó una escuela de hacer y concebir el periodismo en televisión, se introdujeron formas de trabajo que siguen vigentes y se consolidó un formato que permanece inalterable. Informe Semanal se ha convertido en la mejor escuela de reporteros de la televisión y ha recibido todos los premios y galardones que se otorgan. Para mí, el mejor de todos que la idea continúe viva. En cuanto a la longevidad, creo que el secreto sí existe. Se asienta en cuatro patas: pasión, trabajo, entrega y tesón en todo aquello que acometo. Y como me gusta la cocina, lo aderezo todo con un poco de amor.
¿Su momento más difícil en 43 años en TVE fue la grabación del mensaje del Rey el 23-F? -Que el 23 de febrero de 1981 fue un día más que difícil, muy complicado, lo sabe todo el mundo. Cuatro párrafos, 21 líneas, 175 palabras. Mensaje breve, conciso, directo y sereno. Un minuto veintiséis segundos fue la duración del mensaje. Un tiempo de televisión precedido de 17 horas de tensión, incertidumbre, miedo. Aquel lunes fue un día profesionalmente complicado.
¿Hubo otros?
-Recuerdo la toma de la Embajada de España en Guatemala, el asalto de la de El Salvador y alguno más. Pero difíciles han sido otros muchos días en los que aparentemente no pasa nada y los cuchillos y lanzas silban a tu alrededor, producto del ardor cainita de nuestra profesión.
¿Los informativos diarios no duran demasiado?
-Algunos me parecen eternos, sobre todo los de una cadena de ámbito estatal. Una vieja frase de la profesión dice que el contenido de un telediario debe ocupar la primera página de un periódico. Los informativos actuales deben pasar por una profunda remodelación ante la evolución de la oferta existente.
¿Los periodistas más jóvenes creen que Google es la mejor fuente?
-Mi percepción es algo peor. Es la fuente, punto. También creo que esa fuente como único elemento será el principio del fin para muchos. Hay que saber armonizar las nuevas tecnologías con las raíces del periodismo. Me gustaría que esos jóvenes recordaran a Nicholas Cage (sin relación con el actor), un gran investigador de los 70 en The New York Times, que empleaba el 70% de su vida social con sus fuentes de información. Solía decir que “las fuentes no te creen si no estás cerca”. O que leyeran lo que escribió en 2002 el escritor y periodista de culto polaco Ryszard Kapuscinski: “La principal fuente son los otros, la gente. La segunda son los documentos, los libros, los artículos sobre el tema. La tercera fuente es el mundo que nos rodea, en el que estamos inmersos”.
En su casa se conocieron el Príncipe Felipe y Letizia Ortiz...
-Fue un hecho aislado que no tiene ninguna relación con mi trayectoria profesional. Además, en mi casa se han conocido muchas personas.