Vitoria - Se estrenó hace tres años con una novela (Aire fresco en La Habana) y ya se encuentra trabajando en su próximo proyecto, también siguiendo el mismo género literario. Pero entre medio, Óscar Aragunde Madinabeitia ha dejado que el relato breve tome el protagonismo de su nueva propuesta a los lectores. Cuando cuento cuentos (Arte Activo Ediciones) se hace hoy realidad a partir de la presentación oficial que se producirá desde las 20.00 horas en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa.

De hecho, la figura del escritor gasteiztarra (de cuya muerte se cumplirá medio siglo el próximo año) tiene un peso específico en el camino que, a través del cuento, viene realizando Aragunde, también vitoriano. “Cuando empecé a leer sus cuentos pensé en cómo me gustaría poder acercarme a lo que él hacía, aunque, por supuesto, lo mío no se parece en nada. Pero sí he querido, también desde la portada, hacerle un homenaje. Me acuerdo que una vez leí una entrevista a un escritor al que le preguntaban cómo había que escribir relatos para presentarse a concursos literarios y respondía que para aprender cómo redactar, había que leer a Aldecoa. Es lo que hice”.

Del más de medio centenar de relatos que el autor ha venido haciendo a lo largo de esta década, para conformar este título se han seleccionado 20 historias, creaciones que poco o nada tienen que ver entre sí. “No hay un hilo conductor, sino cuentos con distintas voces. De hecho, Roberto Lastre, el editor, dice que ésta es una obra polifónica”, sonríe el autor antes del estreno. Aún así, el libro sí que sigue una estructura que arranca con “los temas más sencillos, más familiares...” para ir llevando a los lectores hacia “cuentos más elaborados, más para los adultos”. Viajes, desamores, argumentos que parten de la propia experiencia vivencial del autor... el abanico es amplio. Pero, al fin y al cabo, “un buen cuento lo que tiene que hacer es emocionar. Así como una novela tiene que entretener, un relato tiene que emocionar. Cuando eso lo consigues llega la satisfacción”.

En la publicación se recogen creaciones realizadas entre 2011 y 2016, lo que ha supuesto, a la hora de afrontar el libro, revisar y, en algunos casos, modificar varios de los relatos. “Es un proceso que me ha llevado muchas horas. Al final, en dos o tres páginas tienes que concretar y no es nada sencillo”. Pero ese trabajo de ir puliendo detalles ya ha terminado y ahora llega el momento de los lectores, más allá de que el escritor tenga sus historias preferidas: “con el editor he tenido algún que otro debate sobre cuáles seleccionar”, sonríe.

Ahora, con todo, es la novela la que vuelve a pedir paso. “Tengo varias cosas empezadas”, reconoce. “La novela te absorbe por completo y hace ya un tiempo que no he vuelto a escribir relatos”, más allá de que no descarta que los cuentos que no han entrado en este libro puedan conformar otro posterior. “Con Aire fresco en La Habana tuve muy buenas sensaciones. No pensaba que la respuesta iba a ser tan buena. Los primeros 500 ejemplares se vendieron en menos de dos meses y tuvimos que sacar otra edición rápido. Con Cuando cuento cuentos no sé lo que sucederá, pero sí tengo claro que yo necesitaba acabarlo. Es como cerrar una etapa para poder centrarme en otras historias”, afirma Aragunde. Antes, eso sí, hoy toca presentar su novedad literaria.