Amurrio - “Cuando nuestro río suba y baje su marea, cuando ya no haya esclavos y en este mundo no haya más guerras, sonará la alboka, tomaremos chicha, las viejas culturas renacerán de sus cenizas”. Así comienza la letra de Cumbia de la esperanza, el primero de los diez temas que integran el disco que ha supuesto este mes el debut discográfico de Radio Revolución, que no su historia. Y es que este proyecto musical -actualmente afincado en Euskadi, y más concretamente, en Llodio- inició su andadura en 2003 en las casas ocupas del norte de Londres, de la mano del músico laudioarra Jurgi Ibarretxe.

“Empecé a tocar la guitarra eléctrica con 15 años en el skuat de Llodio, donde surgió mi primera banda, Lur. Hacíamos punk-rock. Sin embargo, a los 25, sin expectativas de poder ganarme la vida con un grupo, sin estudios y desmotivado con la situación social y política del entorno, decidí probar suerte en Candem Town”, relata. Allí entró en contacto directo con el movimiento okupa de la ciudad y la intensa actividad de sus centros sociales, donde se animó a tocar de nuevo la guitarra junto a dos ingleses y un portugués, en lo que fueron los comienzos de Radio Revolución y también la época en la que los gustos e influencias musicales de Ibarretxe fueron girando hacia los ritmos latinos y, sobre todo, el reggae.

La aventura londinense continuó durante nueve años. Sin embargo, en 2012 Ibarretxe decidió dar otro giro de 180 grados a su devenir vital y se aventuró hacia Sudamérica a tocar en las calles. “En un principio fui con billete de ida y vuelta a Colombia, pero no se muy bien porqué me llevé todas mis cosas, guitarras incluidas, y la experiencia se alargó durante cuatro años y medio, hasta que decidí volver a Llodio tras el viaje que ha enriquecido mi vida”.

En 2015, en pleno periplo, “reuní a varios músicos y armé de nuevo Radio Revolución en Buenos Aires para tocar cuatro conciertos y colaborar en los escenarios de la ciudad porteña con músicos como Manu Chao, Alika, Tribu Falasha o Che Sudaka. Una experiencia que repetí en Bolivia en 2016 con la banda nativa Wookie Dread”. Sin embargo, las noticias de la crisis y de las dificultades que atravesaba el pequeño bar de su familia en Llodio “me hicieron pensar que era momento de regresar y echar un cable”.

Vuelta a casa Eso ocurrió en agosto de 2016, pero Jurgi -fiel a su empeño por vivir de la música y de su proyecto- empezó a contactar con músicos vascos y colombianos y resucitar Radio Revolución, reinventándola con una onda más folk y menos rockera, pero más bailable y marchosa.

“Al primero, el trikitilari de Orduña Lander Otaola, me lo presentó mi hermano que es albokari, que le conocía de su larga andadura por los escenarios de Euskal Herria; y el resto, hasta los diez que somos, fueron entrando poco a poco”, explica. En concreto, Jurgi se encarga de la voz, la guitarra y el charango, mientras que Lander está al mando de la triki. A ellos se les suman el percusionista de Bogotá, Nico Blanco, al tambor alegre colombiano; el normando Matt L’homme al bajo y la producción; el músico callejero de Cali, Wilson Varela, que ha recorrido Europa tocando las congas y el wiro, sobre todo en las calles de Suiza, Alemania e Italia; la bilbaína Anita Ayala, a los coros y voz; el también laudioarra Borja Abal a la batería; y un grupo de vientos, integrado por el romoarra Iñigo Santamaría (saxo y clarinete), y los miembros de Ska-P y bilbaínos Gari (trombón) y Txikitin (trompeta). “Varios de los integrantes están en otros grupos y de ahí que tengamos sustitutos y seamos muchos más de diez, aunque esa es la base de la formación actual”, subraya Ibarretxe.

Música mestiza y con mensaje Por lo que respecta al estilo, lo han bautizado como euskal kunbia. “Es música mestiza, fusión”, explica, poniendo como ejemplo que en el disco, de diez temas, “hacemos una versión del Jotake que mezcla cumbia, reggae, ska y punk, así como una chacarera argentina que tiene en medio un arin-arin y habla de las brujas de la cultura ancestral vasca”. La mayoría de las letras -creadas en castellano, euskara e inglés- son mensajes de esperanza y a favor de los pueblos indígenas y de las luchas populares de todo el mundo, que “traen baile y conciencia, en torno a cómo antes de vivir en este sistema destructor de la naturaleza, muchos pueblos tenían su cultura de unión con la tierra”, apostilla.

El disco, que también lleva por título Radio Revolución, fue grabado entre octubre y noviembre de 2017 en los Estudios Garate de Andoain, de la mano del productor Kaki Arkarazo y ha salido a la calle este mes bajo el sello Mauka Musikagintza. “El verano pasado y buena parte del invierno nos surgieron más de veinte conciertos, gracias al documental que sobre mi periplo por Sudamérica realizó un amigo, pero fueron bolos por recintos de txosnas en fiestas y gaztetxes, que te valen para crearte un rodaje pero en los que no ganas mucho. Ahora, en cambio, con Mauka, la promoción esta teniendo mayor alcance y llegando a más público, y nos están surgiendo conciertos en mejores recintos y horarios”, confiesa Ibarretxe. ¿De cara a futuro? “Rular todo lo que se pueda este verano y ver qué podemos hacer con la invitación que nos ha llegado de Italia en primavera, ya que tendremos que reducir la banda a cinco miembros o así para poder afrontar el viaje”, adelanta. Asimismo, ya han confirmado su presencia en la próxima Azoka de Durango e “igual entramos de nuevo a estudio el invierno que viene”, sentencia.