Amurrio - Este pasado sábado, un piso de Amurrio se convirtió en el escenario donde transcurrió el rodaje del nuevo cortometraje del polifacético creador local, Luis Vil. Lleva por título Al otro lado y se adentra en la violencia de género, pero desde una perspectiva un tanto diferente a la de las propias víctimas: la del testigo temeroso de denunciar lo que ha presenciado, por miedo al típico meterse donde no te llaman, e incluso, a posibles represalias.
Los motivos que han llevado al director de la película Escisión (septiembre de 2015) a regresar al cortometraje -campo en el que también ha rodado cintas tales como Un dulce, Mujer invisible, Paranoicos, Format, El secretista, La llave y Flores de papel, así como videoclips musicales- son de calado. “Una vez presencié un acto de violencia hacia una chica y tuve que ir a declarar al juicio. Hasta ahí todo correcto, fuera a parte de la repulsión y rabia que te produce ver algo así”, recuerda. Y es que lo que marcó a Vil, hasta el punto de que la idea fue tomando forma de guión en su cabeza, es que “de cuatro testigos solo fuimos dos, y porque al otro casi lo llevé a rastras. Que si le conozco a él y qué voy a hacer cuando me lo vuelva a cruzar por la calle, que si tengo que trabajar justo ese día, que si vivo tranquilo y no quiero conflictos? vamos que, mucho posicionamiento poniéndonos el lacito del color que toque y desbarrando contra los agresores por redes sociales cuando la televisión nos cuenta un nuevo caso, pero cuando toca en tu entorno, poco mojarse, porque hay miedo a enfrentarse a la realidad. Así que ese día me dije, tengo que rodar algo contando esto y hacer reflexionar”, aclara el realizador amurrioarra.
De esta forma, su propia experiencia se fue tornando en un guión en el que una pareja joven y actual -interpretada por los actores Jon Zubiaga y María Rivero- es testigo de una agresión y cómo reacciona en su casa, ante la posibilidad de actuar o hacer algo al respecto, y la forma en la que evoluciona la tensión hacia extremos que creeríamos insospechados en nosotros mismos.
Cine como purga “El miedo es libre pero, como contrapartida, nos paraliza y convierte en esclavos temerosos. El miedo a toda forma de violencia que se vive en otro lado que no es el nuestro, sin ser conscientes que, en cierto modo, la llevamos dentro, también en nuestro lado”, apunta Vil, que espera que la cinta sirva para “vernos reflejados en esos espejos donde aún perduran restos de mugre tras la limpieza diaria que muchos hombres intentamos aplicar, a fin de reeducarnos continuamente en nuestro constructo social y cultural de ideología de género para no caer en fallos hereditarios de esa vieja sombra tan alargada del androcentrismo”.
Por lo que respecta al rodaje, y como ya es habitual en Luis Vil, “lo hemos sacado adelante personas que mas allá del arte en si mismo nos mueve la idea de morder ciertos huesos”. Así, a los jóvenes protagonistas ya citados, se les ha sumado Gorka Chamorro, tras la cámara, e Iñigo Bilbao, como responsable de capturar el audio con la pértiga; además de Ane, en la organización y anotaciones de cada plano y secuencia que, ahora mismo, están facilitando al director la labor de montaje para que la criatura llegue a las pantallas. “Será algo breve, conciso y directo a la yugular, calculo que de en torno a cuatro minutos de duración. El estreno será online, a través de todas las redes sociales y formatos, desde Vimeo o Youtube a Whatsapp, porque quiero que sea visible ya, antes de que lleguen todos los programas del 8 de marzo. Algo que sería imposible si espero a presentarlo en circuito de festivales, concursos y demás”, sentencia.
Otro estreno en el que anda trabajando Luis Vil, esta vez relacionado con su faceta como músico, es el segundo disco de su nueva banda, Mushkum, tras el lanzamiento de su primer trabajo Denbora en enero de 2017. “Está ya en masterización, saldrá en uno o dos meses como tarde con el sello Taupaka Elkarte, y llevará por título Nire tótem anomalía”, adelanta a DNA.