berlín - La Berlinale abrió ayer con Isle of dogs, un cómic de perros parlantes dirigido por Wes Anderson, que colocó sobre su alfombra roja a Bill Murray, Jeff Goldblum, Tilda Swinton y Greta Gerwig, algunas de las voces ilustres de esta parábola de poderes humanos corruptos y canes deportados. La técnica del stop motion sustituyó a los actores, pero la dirección del festival se las arregló para no dejar su jornada inaugural sin el necesario aporte de estrellato, con la presencia de los intérpretes que doblan a las figuras del filme.

A Isle of dogs le correspondió el honor de ser la primera película de animación que abre una Berlinale. Más reflexiva que electrizante, sitúa al espectador ante crueles humanos que parecen ladrar, mientras los canes se expresan en perfecto inglés y que, pese a estar abandonados en un basurero, conservan los valores que quiso erradicar un alcalde corrupto. “Es un espejo de la sociedad de hoy en la que dejamos que los perros nos transporten de regreso a la humanidad”, afirmó el director, respecto a su segunda película de animación, tras Fantastico Mr. Fox (2009).

Isle of dogs aportó a la Berlinale la necesaria dosis de estrellas, a pesar de la ausencia de las más mediáticas voces que se pusieron al servicio de Anderson, Scarlett Johansson y Edward Norton. Isle of dogs supone el regreso a Berlín de Anderson, quien en 2001 compitió con The Royal Tenenbaums, en 2004 lo hizo con The Life Aquatic with Steve Zissou y en 2014 ganó el premio especial del jurado con Grand Budapest Hotel.