Vitoria - Desde 2005, la Banda Municipal de Música de Gasteiz y el Conservatorio Jesús Guridi cruzan sus respectivos caminos por lo menos una vez al año de cara al público. Esa unión se traduce en un concierto en el que los componentes de la agrupación profesional arropan a los estudiantes seleccionados tanto para que se cuelen sin problemas entre sus filas como para reclamar el papel de solistas. Así volverá a suceder mañana en un recital que se desarrollará bajo la batuta de Hilario Extremiana.

De hecho, el director sonríe al ver el listado final de intérpretes que, entre una cosa y otra, se subirán a partir de las 20.00 horas al escenario del aula magna del conservatorio. “Ya podía ser así siempre”, dice. No en vano serán unas 80 las personas que tomen parte en la actuación, cuya entrada será gratuita hasta completar el aforo.

De todas formas, no será hasta la parte final del programa cuando todos los músicos -incluyendo también a algunos profesores del centro- se den cita sobre las tablas. Hasta llegar a ese momento -cuando se pueda escuchar Rivieren cyclus de Malando-Vlak-, el programa diseñado para la ocasión ofrecerán distintos alicientes. Se comenzará con Miren Ruiz (oboe) llevando la voz cantante en Oboe dream dance de Derek Bourgeois, a quien tomará el relevo el único hombre de entre los solistas seleccionados, el flautista Xabier Arronia, que interpretará el Concerto Rococó de Franco Cesarini. Después llegará el Concierto para fagot en fa Mayor, Op. 75 (J. 127) de Carl Maria von Weber, en el que el protagonismo recaerá en Karla Etxebarria Martínez (fagot).

Además, en el recital preparado se podrá escuchar el Trumpet Concerto de Alexander Arutiunian, donde las miradas se centrarán en la trompetista Irati Martínez, sin olvidar que la saxofonista Miren Legido completará el plantel de solistas con su interpretación de Ballade de Henri Tomasi. “Están trabajando mucho y muy bien, más allá de que el primer día que nos juntamos en sus caras veías algo de nervios”, explica Extremiana, quien tiene claro que de este contacto entre la Banda y el conservatorio “lo que buscamos es ayudar a los alumnos y hacerles ver que lo que les queda por delante en esta profesión va a ser muy difícil pero que, de verdad, merece la pena”.

En esa misma línea se expresa Carlos Seco, director del Jesús Guridi, quien tiene claro que “para los estudiantes y para nosotros, este concierto está todos los años marcado en rojo; es muy importante” por lo que supone, también, en cuanto a la exigencia de actitud y responsabilidad por parte de los alumnos -los que intervienen tienen entre 17 y 18 años-. En lo que respecta al hecho de que de los cinco solistas de este año, cuatro sean mujeres, el máximo responsable del centro apunta que “es un síntoma más de las vías de corrección” de una situación que no debería haberse dado.