Vitoria - El 30 de diciembre abandonaron el antiguo Depósito de Aguas, que durante algo más de una semana se convirtió en su taller a la vista del público, un espacio que, como ellos mismos relataron a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, se había convertido en mágico después de tantas horas de convivencia y creación. Ahora, después de completar los respectivos proyectos artísticos a los que fueron dando forma durante el final de 2017, los cinco jóvenes creadores vuelven a Montehermoso. De hecho, a la sala Jovellanos, que se sitúa justo en frente de lo que se convirtió en su particular estudio, que desde ayer está ocupado por Anabel Quincoces y Transmutación 11- Abisal Spaces.
Son Mikel Arranz, el colectivo formado por Sarai López y Leire Rojano, Nuria Pérez-Cárcamo y Maiela Zurutuza, es decir, los ganadores de la segunda edición del certamen Gazte Arte, concurso dedicado a las artes visuales en cualquier medio: pintura, escultura, instalaciones, performance, happening, intervenciones, arte urbano, técnicas mixtas, videoinstalación o cómic. Juntos protagonizan la exposición colectiva que permanecerá abierta hasta el próximo día 25, una muestra que es la guinda del premio que supuso ser los elegidos en esta iniciativa comisariada, en esta ocasión, por Salim Malla y Eloísa Montoya.
No están solos. En la propuesta final, igual que sucedió durante el taller abierto al público del Depósito, se ha querido también reflejar el trabajo de Yurena Carrero y Mikel Romero, que se hicieron con los dos accésit del certamen destinado a personas de entre 14 y 25 años e impulsado por el Servicio de Juventud de la capital alavesa.
De esta forma, quienes a lo largo de estas semanas acudan al centro cultural de lo alto de la colina se podrán encontrar, por ejemplo, con Ustekabeko batuketak, el proyecto de Arranz -ganador en dos ocasiones de Gazte Klik Klak-, una idea que “se sustenta en uniones inesperadas” tomando como punto de partida las palabras que quienes pasaron por el Depósito quisieron dejar en las tres cajas dispuestas a tal fin, conceptos luego relacionados por el azar para intervenir en imágenes ya existentes generando nuevas y, también, crear pequeñas esculturas.
Rojano y López, por su parte, proponen Monotipo Conflicto Límites Colectivo Azar Cooperación, resultado del trabajo sobre la monotipia, que consiste en obtener una única impresión exacta de cada lámina.
En el caso de Pérez-Cárcamo, con el proyecto Papaver, la creadora -que ya sabe lo que es exponer en Montehermoso- “apuesta por un proyecto audiovisual con forma de instalación en torno a la objetivación de la mujer y del entorno natural, para su posterior explotación y utilización en un perverso y complejo sistema mercantil”.
Completa las propuestas de los ganadores de Gazte Arte Komorebi, la propuesta de Zurutuza. En su caso, en esta obra se unen la poesía haiku y la caligrafía en torno a un tema común: la apreciación de los momentos efímeros que ofrece la naturaleza, según explican desde el Servicio de Juventud.