Santurtzi - El nuevo año ha llegado cargado de nuevos retos profesionales para el santurtziarra Carlos Morán. El director de Serantes Kultur Aretoa es, desde el pasado 14 de diciembre, el nuevo presidente de la Red Española de Teatros de Titularidad Pública, un organismo que reúne a cerca de 700 espacios expositivos del Estado. Su mandato será, en principio, de dos años y una de las metas que se fija es la reducción del IVA soportado en las contrataciones de espectáculos.
Lo primero de todo, zorionak por el nombramiento como presidente de la Red Española de Teatros de Titularidad Pública. Además, ha sido elegido por unanimidad.
-Eskerrik asko. Además del puesto de presidente, se renovaron otros cinco cargos en la directiva. Encabezo un grupo de nueve personas que trabajaremos durante un mandato de dos años ampliable a cuatro por la mejora de los espacios culturales de titularidad pública en España.
Para quien no la conozca, ¿qué es y a quién engloba esta entidad?
-Somos una red que agrupa a todas las entidades de titularidad pública del país que generan exhibición escénica. Es decir, teatros, auditorios, redes autonómicas y festivales como, por ejemplo, los de Mérida y el de Almagro. En total, englobamos a 700 espacios de exhibición entre los que se encuentran el teatro Victoria Eugenia de Donostia, el Arriaga, el Serantes Kultur Aretoa o la red Sarea entre otras. A día de hoy, más del 80% de los espacios de exhibición escénica son públicos.
Este que afronta es un reto importante e ilusionante.
-Sin duda. Es una gran responsabilidad porque representamos a una asociación que representa a 700 espacios escénicos públicos cuyo principal interés ha de ser ofrecer un servicio a la ciudadanía y atender a la profesión artística. Contamos con una labor previa muy buena de nuestros antecesores, pero los miembros de la nueva junta directiva queremos dar un paso más y asumir retos que la actualidad y el futuro nos exige.
Hablaba de “ofrecer un servicio a la ciudadanía”. En ese aspecto, otro de los roles de la red que preside es defender la necesidad de una cultura pública.
-Una sociedad sana, moderna y que funcione con normalidad tiene que tener instrumentos de conocimiento y de reflexión. Ha de alimentar su alma más allá de la subsistencia y para acercar todo ello a toda la ciudadanía, la intervención pública es básica. El desarrollo cultural tiene unos costes muy altos que solo podrían ser soportados por minorías poderosas, el papel de la Administración debe ser el de acercar la cultura.
¿La crisis ha sido una buena excusa para debilitar el sistema público cultural?
-La crisis ha tenido un impacto económico que ha hecho retroceder la inversión en cultura, pero lo que más incidencia tiene es esa corriente de pensamiento que pretende que la Administración se retire del mundo cultural.
Además de defender el papel de lo público en la cultura, ¿qué metas se marca para estos dos próximos años de mandato?
-Una de las metas que nos marcamos, sin duda alguna, es la de lograr la reducción del IVA en la contratación de espectáculos. Se ha reducido este tributo a la hora de que el público compre su entrada y eso nos alegra y es algo que repercute a los espacios escénicos privados o público-privados. Nosotros como teatros públicos no cobramos IVA en las entradas, a nosotros esa reducción no nos afecta y para nosotros sería estratégico lograr reducir, bajar del 21% el IVA soportado en la contratación.
¿En qué podría traducirse dicho descenso en el IVA para un teatro público medio?
-Si lográsemos que se redujese al 11%, un teatro como Serantes Kultur Aretoa que programa cerca de 60 espectáculos al año, podría ofrecer cinco o seis espectáculos más. Con esta medida, podríamos contratar más, generaríamos una mayor actividad económica y facilitaríamos la creación de empleo en el sector artístico, productivo y creativo. Tendría un mayor retorno a Hacienda. Es algo en lo que coincidimos todos los espacios públicos.
Además del descenso del IVA habrá otros hitos a alcanzar.
-Hay muchas cosas que queremos hacer. Queremos mejorar la política de subvenciones del Estado, hay una buena cantidad que se destina a subvenciones para las artes escénicas, pero creemos que no están debidamente ordenadas. Hay problemas de temporalidad, se dan ayudas a proyectos que acaban no exhibiéndose? Es un tema complejo porque implica a muchas administraciones, pero hay un espacio para reflexionar e introducir cambios. También queremos que se vuelva a hacer el congreso Escenium que hicimos en 2008 y 2009, precisamente, en Bilbao.
¿Volvería a celebrarse en Bilbao dicho congreso?
-No tiene por qué ser en Bilbao, pero ojalá fuera así porque fue una experiencia muy positiva y en la que nos sentimos muy arropados y apoyados por las instituciones vascas. El objetivo es que se haga y, si se hace, estaría genial que fuese en Euskadi. Es el momento de recuperar este congreso porque, además, encaramos el año 2020 y hay que reflexionar sobre qué, cómo y para qué programar.
Desde su posición, ¿en qué momento se encuentra la creación artística en el Estado en general y, en particular, en Euskadi?
-La creación artística vive un momento muy dulce. Hay muchos espectáculos y de una calidad muy, muy alta. El problema que hay es que, por limitaciones en el número de actividades a ofrecer durante el año, no todos los trabajos tienen cabida. Hay grandes autores, productores, compañías, actores, actrices? Y aquí en Euskadi especialmente. Solo en el ámbito infantil contamos con compañías que son reconocidas constantemente que tienen giras por todo el país. Ahora, comparado a lo que había en los 80, Euskadi parece Broadway, es cierto que gran parte de la actividad se concentra en los fines de semana, pero es algo que ocurre en todos los sitios salvo en Madrid y Barcelona.
¿Ese momento dulce se ve respaldado por la asistencia de público a los teatros?
-A lo largo de esta crisis hemos vivido vaivenes. Al principio, en 2008, en Euskadi el teatro se convirtió en un espacio de ocio-refugio porque es más barato que otras actividades de ocio. En años posteriores, ya se volvió a datos de otras épocas. En el Estado, por lo general, se ha percibido un descenso de público entre 2008 y 2016, pero eso es relativo porque depende de cada lugar y de cada espacio. La situación está normalizada, contamos con un público estable y con síntomas de que aumentará.
¿Qué tipo de público es el que asiste a los teatros?
-Pues es ahí donde está otro de nuestros retos a corto y medio plazo. Nuestro público mayoritario es el de mediana edad y tenemos que acercar a los jóvenes al teatro. Si bien tienen una gran presencia en disciplinas como la música, en otras como el teatro o la danza la afluencia de jóvenes es menor. Eso puede ser consecuencia de la era de las nuevas tecnologías y la comunicación y de la relajación en el fomento de la cultura dentro de la educación. Estamos yendo hacia un modelo educativo en el que se priorizan las ciencias y eso, en gran parte, nos afecta a la hora de atraer a la juventud.
¿Cómo se puede acercar a los jóvenes a las artes escénicas?
-Aunque las artes escénicas es algo muy artesanal, tenemos que adecuar los contenidos, la forma de comunicación y los propios espacios a la visión que hoy en día tienen los jóvenes.