Vitoria - Toca despedir 2017 y entrar en 2018 a través de la fotografía. La Escuela de Artes y Oficios abre esta tarde -a las 19.30 horas- la tercera propuesta de la actual temporada expositiva, que permanecerá abierta al público hasta el 26 de enero, aunque cabe recordar que el centro cerrará sus puertas del 22 de este mes al 7 del próximo. Por un lado, Oihana Garitano Korkostegi presenta Altuan pensatzen. Por otro, Lorea Morlesín, Alvaro Guerra y Josué Romero se unen en Todas las miradas. Entre los cuatro marcan el cambio de año.
“Me interesan los diálogos que se establecen entre diferentes aspectos como lo que es bello y lo que no lo es, entre lo urbano y el límite rural de la ciudad, entre lo que empieza y lo que acaba”, explica Garitano Korkostegi al describir los sustentos sobre los que se construye su proyecto. La creadora, cuyos primeros pasos creativos transcurrieron por la senda de la pintura, reconoce que “fotografiar se ha ido convirtiendo poco a poco para mí en una manera de reflexionar, de pensar. En la búsqueda de la belleza, la estética de los lugares, los recovecos escondidos y en los momentos aparentemente no tan bellos, he encontrado la manera de acercarme a las cosas, a la visa, a mis pensamientos”.
La huella de los autores clásicos y los nuevos modos de los creadores contemporáneos influyen en un discurso que se presenta ante el espectador con una disposición que tiene su ritmo y su intención. De todas formas, ahora es el momento del otro, de quien mira y ve, de quien tiene que completar la expresión.
Junto a ella se encuentra la producción colectiva realizada por Morlesín, Guerra y Romero, jóvenes creadores que tras participar en un encuentro auspiciado por la Sociedad Fotográfica Alavesa, en colaboración con Gauekoak, aceptaron el reto de la entidad presidida por Rocío López -quien ya sabe lo que es exponer en Artes y Oficios- para dar un paso más allá.
Tomando como ejes el retrato y la fotografía de calle, los tres autores (tanto colaborando entre ellos como cada uno desde su propia mirada ) componen una exposición que es más que un aprendizaje. “Cuando apareció la posibilidad de hacer este proyecto teníamos claro que era cuestiones de arriesgarse; gustase o no la idea se trataba de no decir que no”, resume Romero.
“Nos conocemos de antes y eso nos ha ayudado también a la hora de llevar a cabo la exposición. Hemos discutido pero, luego, también nos hemos arreglado”, sonríe Morlesín a la hora de describir un proceso conjunto en el que López también ha aportado consejos y apoyo. No en vano, nadie nace aprendido y es hora de contrastar lo hecho con quienes a partir de hoy durante las próximas semanas acudan hasta Artes y Oficios. La escuela cambia de año pero no de principios.