Vitoria - “No va a ocurrir nada que el espectador no quiera. Hasta ahora, por lo menos, todos los que han entrado, luego han salido bien”, ríen Iara Solano y Daniela Pérez, conscientes, a buen seguro, de que parte de los espectadores siempre parecen sufrir un ataque de pudor o miedo cuando se les propone una acción escénica en la que no van a estar solo sentados y mirando. “Ya se sabe que nosotros buscamos un público activo”, reclama Marta Monfort, responsable de la Red de Teatros, haciendo referencia al slogan que el Festival Internacional de Teatro de Gasteiz viene usando desde que cumpliera su cuadragésima edición.
En este caso, sobre todo, lo que hay que ser es consciente del cuerpo de cada uno puesto que va a ser él, el gran protagonista, el escenario y el vehículo de Party, el montaje que las creadoras brasileña y gasteiztarra estrenan esta semana en la capital alavesa tras haberlo llevado ya por Brasil, México, Madrid... sin olvidar una inminente visita a Noruega.
Aquí, el punto de encuentro con los espectadores será en Jesús Ibáñez de Matauco, del centro cívico Hegoalde, donde se producirán representaciones a las 19.00, las 20.00, las 21.00 y las 22.00 horas de mañana, el jueves y el viernes. La obra tiene una duración de, más o menos, unos 35 minutos y las entradas están a la venta por 10 euros, pero hay que andarse con un poco de vida para asistir puesto que sólo entran diez personas por cita y ya hay tres agotadas.
Cada espectador tendrá asignado un actor o actriz, una especie, por así decirlo, de espejo que le irá conduciendo por lo que irá sucediendo y que le convertirá en parte activa de esta fiesta escénica. La intención es, a través de una propuesta “muy fresca”, “devolver el foco de atención al cuerpo”, según Solano, ya que “está demasiado sometido al cerebro”. “Pensamos demasiado hacia afuera y aquí proponemos lo contrario”, añade Pérez.
Ambas son las responsables de la idea, los textos y la dramaturgia (con la colaboración en el diseño sonoro de Sammy Metcalfe, fundador junto con Solano de Sleepwalk Collective), pero en este caso son otras personas las que se encuentran con los asistentes, intérpretes que en cada lugar son diferentes. “Queremos apostar por la red cultural local de cada sitio” tanto para usar sus singularidades como para conocer ideas y agentes. Eso supone, eso sí, que antes se debe realizar un trabajo previo con estos intérpretes, lo que en el caso de Gasteiz se está desarrollando a lo largo de estos días a través de un taller.
Al fin y al cabo, la decena de actores y actrices seleccionados (“no son voluntarios y van cobrar porque tanto nosotros como, en este caso, la Red de Teatros apostamos por dignificar esta profesión”) serán los responsables de ir “engañando poco a poco” a los espectadores. “Vamos a realizar un viaje por el paso del tiempo” que pretende ser una celebración de “aquí y el ahora”, una fiesta para cualquier tipo de persona. “Sólo se tienen que dejar seducir” y entrar en el juego planteado por Pérez y Solano, una obra a oscuras, con auriculares, con atención personal y sobre el escenario.