sitges - El actor y director Santiago Segura, que ha presentado en el Festival de Cine de Sitges el filme Solo se vive una vez, ópera prima del argentino Federico Cueva, ha dicho que “el cine en español puede hacer películas de acción”.
“En España parece que tenemos que hacer comedias por dos millones, uno o menos, y el cine de entretenimiento de acción queda relegado para los grandes estudios y el cine norteamericano, y eso me da pena, porque me gustaría que hubiera más registros, que nuestro cine sea más rico, que no tenga que ser siempre en inglés o con actores internacionales”, señala Segura.
Pensando como productor, Segura es consciente de las dificultades de recuperar la inversión “pues si se hace una película de 6 o 7 millones, se pierde dinero fijo, porque la gente va poco al cine”.
Afirma que el cine español debería mirar a Francia: “Tienen un cine potente y variopinto, pero con unos presupuestos diferentes al nuestro, y además el público responde, pues allí una película de éxito pueden verla 15-16 millones de personas y aquí en España la más taquillera, Ocho apellidos vascos, tuvo unos 9 millones de espectadores”.
Añade Segura que “Francia y España tienen más o menos la misma población, pero no las mismas subvenciones, y ellos también tienen mejor financiación, pues de la taquilla un 11% va un fondo para el cine, y un 10% de IVA”.
Solo se vive una vez, que se estrenará en las salas el próximo 12 de octubre, tiene como protagonista a Leo Andrade (Peter Lanzani), un estafador que deberá asumir una nueva personalidad para conseguir huir de los peligrosos Duges (Gérard Depardieu), López (Santiago Segura) y Harken (Hugo Silva).
“Tener semejante elenco y presupuesto no pasa siempre en una ópera prima, aunque ya había dirigido las escenas de acción de la saga Torrente”, apunta el director de la cinta, quien la considera “atípica para nuestro mercado porque no hay muchas películas de acción y esta fue concebida así porque teníamos la posibilidad técnica de hacerlo”.
De todos los personajes del filme, Segura se queda con el Harken de Hugo Silva, con quien había trabajado pero sin coincidir en muchas secuencias en Las brujas de Zugarramurdi y Mi gran noche.
“Es de lo mejor de la película, me encanta su papel. Es un personaje muy divertido. Hugo Silva es una especie de asesino rumano, del Este, del que me encanta el acento”, comenta Segura.
Tanto Silva como la joven Arancha Martí han confesado sentirse “impresionados” por la presencia en el rodaje de Depardieu. “Cuando te pones al lado de uno de los protagonistas de Novecento, te pones muy nervioso, pero a partir del primer día, aparte de ser el gran actor que es, descubres que es un compañero con el que se trabaja muy cómodo”, coinciden ambos.
En contraste con Silva, Martí, que interpreta a una judía ortodoxa, no ha podido permitirse demasiadas licencias. “Te tienes que limitar a la religión” y se documentó viendo filmes de Pablo Levy, Daniel Burman y cine judío.