El Museo Gustavo de Maeztu de Estella continúa con su plan de exposiciones temporales de 2017 con una nueva propuesta que tiene como protagonista a Pablo Ruiz Picasso, visto a través de una colección de carteles de exposiciones del pintor malagueño de las décadas de los 50, 60 y 70 del pasado siglo XX.
Los 17 carteles, procedentes de colecciones privadas, fueron concebidos y diseñados por Picasso, incluyendo a veces su firma y dedicatoria. El recorrido planteado ofrece la posibilidad de contemplar carteles de tres décadas, que anunciaban las muestras realizadas por el artista en Barcelona o Milán. Se dividen en dos secciones: aquellos que reproducen en una foto una de sus obras (sin que la mano del artista interfiera) y aquellos en el que el mismo pintor dibuja el cartel.
Los posters fueron concebidos para lograr una mayor difusión y también para que obtuvieran un mayor alcance social. “Tanto Picasso como Maeztu tenían una vocación divulgativa, ambos querían que el arte llegase al máximo número de personas posible. Y uno de los elementos más efectivos a partir de los años 50 eran los carteles”, explica Camino Paredes, directora del Museo Gustavo de Maeztu. En el caso de los del pintor malagueño, fueron realizados para contribuir y colaborar en actos políticos y para sus propias exposiciones.
‘Maeztu picassiano’ La exposición se completa con una muestra de obras del artista vitoriano, que rememora un importante hito que este año celebra su centenario: el homenaje que en 1917 Picasso rindió a Maeztu a propósito de la exposición que el gasteiztarra realizó en las Galerías Layetanas de Barcelona.
A través de estas seis obras, bajo el título de Maeztu Picassiano, se destaca la buena relación que existió entre los dos. “Es un pequeño tributo a esa amistad y confluencia estética que tuvieron en ese año”, aclara Paredes. Esta relación, que comenzó a principios del siglo XX, queda de manifiesto en el año 1917, cuando Gustavo de Maeztu realizó una exposición en las mencionadas Gallerías Layetanas, espacio que fue la sede del homenaje que Picasso le tributó a Gustavo de Maeztu, ocasión que reunió a importantes artistas e intelectuales. De este evento y amistad quedaron gestos estéticos y dos retratos que ambos artistas se regalaron el uno al otro.
El museo pone en relevancia la confluencia estética que estos dos amigos tuvieron en verano de 1917, cuando el malagueño visitó España para la representación del ballet realista de Parade cuya escenografía había creado. Durante su estancia, realizó obras como Arlequín y el retrato Olga con mantilla. “Ese año, Picasso y Maeztu pintaron con el mismo lenguaje. El malagueño dejó el cubismo y comenzó a pintar con un lenguaje totalmente figurativo. Hizo el Arlequín y un retrato de Olga como Maeztu pintaba a sus majas, con el mantón de manila”, aclara Paredes.
La exposición se podrá visitar hasta el 8 de octubre de forma gratuita. Está abierta de martes a sábado de 9.30 a 13.30 horas y de 16.00 a 18.00 horas, y los domingos y festivos de 11.00 a 14.00 horas.