sant feliu - La ciudad de Sant Feliu de Guíxols (Gerona) abrirá en 2020 un Museo Thyssen que albergará la colección de pintura catalana de la baronesa Carmen Thyssen, formada por 400 obras, fruto de un acuerdo “histórico” anunciado ayer por el alcalde Carles Motas y la misma baronesa en rueda de prensa.

Visiblemente emocionada y feliz, la baronesa explicó que esta ciudad es el lugar favorito de su vida, y aseguró: “Vamos a abrir un museo maravilloso. Haremos exposiciones conjuntas con el Museo Thyssen Málaga y el Museo Thyssen Madrid”.

De forma intermitente se añadirán obras internacionales, para entablar un diálogo con la pintura catalana del XIX y del XX y el arte universal, celebró el delegado de Cultura de la Generalitat en Girona, Francesc Ten, tras agradecer esta cesión gratuita por 20 años. El futuro museo acogerá una exposición permanente con 130 obras, y una exposición temporal que sumará otras 40 piezas, que irán rotando, si bien el conjunto de la colección de pintura catalana pertenecerá a la nueva pinacoteca, que seguirá cediendo obra a museos de todo el mundo.

La firma del acuerdo se produjo ayer, y prevé el levantamiento de un edificio de nueva planta que conectará el Monasterio de la localidad a través de los jardines de sus inmediaciones, adquiridos este año por el consistorio, que invertirá seis millones en el proyecto global. A la espera de la redacción del proyecto ejecutivo y la posterior convocatoria pública para buscar arquitecto, el alcalde expresó su voluntad de convertir este espacio en “centro cultural de referencia de la Costa Brava” con una exposición permanente y otras temporales, así como una escuela de arte conectada con el programa pedagógico Educa Thyssen.

“Tendremos cuadros que el país no tiene, y que tendrá Sant Feliu de Guíxols. Éste será un proyecto de país, y queremos ser los primeros”, subrayó el alcalde, que se ha propuesto alcanzar los 30.000 visitantes, que ya suele conseguir el Espacio Thyssen en los meses de verano.

De esta forma, el Monasterio y un nuevo edificio pasarán a convertirse en la sede de un museo estable que abrirá durante todo el año, lo que buscará atraer a un nuevo público cultural durante las estaciones de otoño, invierno y primavera.

MUCHA ILUSIÓN Para la baronesa Thyssen, los años que quedan para abrir este museo son “muchos”, dijo en tono de broma, impaciente por convertir en realidad este proyecto con el que cierra la puerta a la posibilidad de abrir un museo en Barcelona, como se había proyectado hace cuatro años en la explanada situada debajo del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), en el recinto ferial de Montjuïc. Preguntada por esta cuestión, confesó que cree en el destino y en la lucha por unos objetivos, y “el destino ha sido que, en lugar de Barcelona, sea Sant Feliu de Guíxols, el que acoja un museo, de lo que me siento muy orgullosa”.

“Éste será un museo muy amado por mí. Estoy muy emocionada y muy feliz”, subrayó la baronesa, que veranea en Sant Feliu de Guíxols desde hace numerosos años, y que durante la presentación de la exposición Un mundo ideal, que abrió ayer, estuvo acompañada de su sobrino Guillermo Cervera.

Sobre la colección de pintura catalana, explicó que vendrán a Sant Feliu de Guíxols las obras de la titularidad de la baronesa que ahora se encuentran en el MNAC y entre todas ellas destacó La catedral de los pobres de Joaquim Mir. También citó obras de Ramón Casas y Martí Alsina, y explicó que sigue adquiriendo pinturas de artistas españoles y catalanes, entre las que recordó un lienzo de Ignacio Pradilla “muy romántico” y un Baldomer Galofre. - E.P.