parís - Resulta prácticamente imposible separar a Chanel de Karl Lagerfeld, diseñador de la prestigiosa firma, que ayer presentó en París su colección otoño-invierno de Alta Costura, tras la cual la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, concedió al modisto alemán la medalla Grand Vermeil.

Para recibir la condecoración, la más importante de la ciudad, y crear el marco del desfile en el Grand Palais de París, Lagerfeld se atrevió a construir una copia de la Torre Eiffel (de 38 metros de alto, de acero y madera) en el centro del palacio, en una colección que fue también un homenaje a la capital de la moda y el arte. “Su genio le permite crear belleza y transportarnos a su universo. Es usted una gran persona que tengo el honor de frecuentar a menudo y es un gran honor. Su talento es reconocido a nivel mundial”, dijo Hidalgo bajo la estructura de la Torre Eiffel antes de hacer entrega de la medalla. Lagerfeld agradeció el reconocimiento en presencia de amigos e iconos de la marca como la actriz Cara Delevingne, la cantante Katy Perry, o la modelo Claudia Schiffer (y otros famosos como Pharrell Williams, Sofia Coppola, Julianne Moore y Kristen Stewart) recordando que, como extranjero, ha llegado a amar la ciudad “sin vínculos nacionalistas ni patrióticos”.

En la pasarela, el espíritu parisino podía casi palparse en una colección coloreada en tonos grises, con pinceladas de blanco y negro. Las notas de color tan solo se apreciaron en una serie de vestidos inspirados por las pinturas de Robert Delaunay, uno de los representantes del arte abstracto en Francia, quien además dedicó buena parte de su obra a representar paisajes parisinos. Los detalles cubistas de Delaunay, sus líneas de color y sus semicírculos se apreciaron en una serie de vestidos rectos con un corte ligeramente años 20, a la altura de la rodilla, decorados con pedrería y lentejuelas. Para la silueta, Chanel recuperó las mangas globo, para redondear los hombros, una de las formas favoritas de la marca durante los últimos años.

Además de los famosos trajes en tweed, presentados esta vez en conjuntos de chaqueta y pantalón o largas faldas tubo, siempre en gris, los vestidos de noche se llenaron de reflejos brillantes como un espectacular modelo palabra de honor con guantes. Todos los estilismos iban acompañados por un sombrero estilo bombín con ala redonda y botines de charol con cristal transparente así como altas botas mosqueteras.

Al final, Lagerfeld salió a saludar como es habitual vestido de blanco y negro, con su cabello blanco recogido en coleta y sus sempiternas gafas de sol. - Efe