lennon siempre quiso parecerse a él, Chris Isaak podría ser su hijo putativo, Dylan y Elvis le profesaban admiración y Springsteen lo entronizó en Thunder road. Era Roy Orbison, un rockero sensible, de voz operística, tímido, marcado por la desgracia y que se le cantó como nadie a los corazones doloridos y solitarios. Una reedición, con inéditos y entrevistas, recupera en un CD y DVD en glorioso blanco y negro, 30 años después, su concierto compartido con Springsteen, Tom Waits, J. Browne, Elvis Costello, B. Raitt o k. d. lang.

“La puerta de rejilla da un portazo/el vestido de Mary ondula/como una visión baila en el portal mientras suena la radio/Roy Orbison está cantando para los solitarios/hey, ese soy yo, y te quiero sólo a ti”. Así lo reivindicaba Springsteen en Thunder road, la apertura de Born to run, a mitad de los 70, cuando la estrella comercial de Orbison se había apagado tras unos exitosos primeros años. El Boss le debe al cantante mucho de su educación musical. “Sus baladas siempre resultaron ser las mejores cuando estabas solo en la oscuridad”, ha señalado el rockero. “Nadie cantaba como él”, defiende.

Orbison siempre fue un tipo y un músico muy personal. Nacido en Texas, en 1936, no coincidía con sus coetáneos (Elvis, Eddie Cochran, Gene Vincent o Little Richard) ni en su estética, ni en la música (aunque sí compartía con algunos raíces country) ni en personalidad. Siempre pertrechado tras sus gafas oscuras y vestido de manera más formal, con camisas blancas y trajes, era un tipo tímido alejado de los movimientos lúbricos y agresivos de los rockeros de su generación.

Su voz (operística y aguda) se especializó en las óperas pop baladísticas, orquestales y lacrimógenas centradas en los corazones solitarios, la tristeza y el drama emocional. Para más inri, el arquetipo profesional acabó adueñándose de su vida personal tras sufrir la pérdida de su primera esposa tras un accidente de tráfico y de dos de sus hijos en el incendio de su domicilio.

Hasta su fallecimiento a consecuencia de un ataque al corazón, en 1988, sufrió el olvido de la industria y una recuperación postrera a mediados de los 80 gracias al cine (David Lynch usó In dreams en Blue velvet, en un karaoke que ofrece uno de los momentos más inquietantes de la historia del cine) que alzó su punto álgido con el grupo Traveling Wilburys, junto a George Harrison, Dylan, Petty y Jeff Lynne.

homenaje Para celebrar el 30 aniversario del concierto con el que Orbison regresaba a la escena en 1987 en el Cocoanut Grove de Los Ángeles, Sony Music, en colaboración con sus hijos, ha publicado en CD y DVD Black & White Night 30, versión ampliada y remasterizada del especial original de televisión. Fue una noche histórica, un tributo en toda regla del mundo del rock que evidencia la veneración que profesan a Orbison participantes como Springsteen, Costello o Tom Waits.

Grabado en un blanco y negro de gran contraste y brillo, y repleto de miradas de arrobo y admiración hacia el maestro, tanto la música como la imagen del concierto son parte de la (mejor) historia del rock. El repertorio de aquella velada inolvidable incluye todos sus grandes éxitos, desde Only the lonely a Crying o In dreams, con la cumbre de Oh, pretty woman. Orbison, con chaqueta vaquera de flecos y una realización que se regodea en primeros planos (resulta increíble cómo llega a las notas más altas sin esfuerzo aparente), borda sus baladas lacrimógenas y doloridas, y la versión de The comedians, de Costello.

Y también rockea en los tempos más eléctricos, caso de Ooby dooby y con armónica en Uptown, cita al doowoop como Blue angel y se regodea con aires country y blues en Dream baby (how long must I dream) y Mean woman blues, respectivamente. Sus compañeros alternan el asiento y la partitura con el micrófono (Springsteen y su guitarra son sus lugartenientes), y la guitarra con el piano, en el caso de Costello y Waits, con Jackson Browne, k.d. lang, Bonnie Raitt o Jennifer Warners a las voces, siempre en un contexto entre festivo y reverencial. Y como hilo conductor, remata la banda de Elvis, con el guitarrista James Burton al frente.

El lanzamiento incluye material inédito, recupera el orden correcto de canciones, el añadido de 5 temas ofrecidos ya ante un público reducido, un mini-documental, entrevistas a los participantes? “Fue una estrella, un cantante magnífico y uno de los mejores rockeros”, según T Bone Burnett. “La banda sonora de mi adolescencia”, explica Browne mientras su hijo prevé su impacto “en una nueva generación de fans”.

Si estás triste y la noche ha caído, nada puede acariciarte más y mejor que su música. Nadie llora como Roy Orbison.