Llodio - Lo logró con la fachada del centro de EPA de Llodio y con el bar La Terraza de Amurrio, por poner algún ejemplo de sus trabajos, y lo ha vuelto a conseguir -aunque en este caso, de forma esporádica- con la sala Aldaikoerreka de la Casa de Cultura de Llodio, donde anda exponiendo estos días sus creaciones. Se trata de Izaskun Alonso Saratxaga, una pintora y diseñadora textil laudioarra que, con su obra, tiene el don de construir atmósferas e inventar estilos de vida, ya que diseña espacios interviniendo ya sea en paredes, suelos, medianeras, o mobiliario.
De hecho, la también profesora de pintura y de proyectos de diseño y creación en la facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco donde ella misma estudió, y cofundadora en 1998 de la empresa de proyectos artísticos La Jirafa, vive con pasión la tarea de diseñar desde su caballete imágenes que luego revisten cualquier soporte. “Entiendo el arte como pensamiento y el espacio arquitectónico como soporte plástico para el desarrollo de ideas. De esta manera, el espacio arquitectónico se convierte en soporte plástico, y lo trabajo a partir del concepto, con el objetivo de crear sensaciones”, apunta la artista, cuyo principal sello o marca es la fusión de colores con motivos naturales que, mezclados en el lienzo, se tornan abstractos.
De ahí, lleva su arte (la imagen creada) al ámbito de lo cotidiano, utilizando sus diseños y rapports sobre cualquier tipo de material, superficie o soporte, ya sea tapicería, papel pintado, revestimientos vinílicos, textil, o laminados, en un enorme abanico de posibilidades para diseño de interiores, u otros.
Las sillas y cojines que, junto a cuadros y papeles pintados, engloban su exposición en la casa de cultura de Llodio dan fe de ello. Está a disposición del público hasta el 27 de noviembre, los días laborables de 18.00 a 20.00 horas, el sábado de 11.00 a 13.00 y de 18.00 a 20.00 horas, y el domingo de 11.00 a 14.00 horas.
De esta forma, las personas que acudan al espacio podrán adentrarse en una atmósfera propia y singular, un mundo personal por el que dejarse llevar a través de las piezas que se encuentran en la sala Aldaikoerreka.