sitges - El norteamericano Bruce Campbell no es la primera vez que acude al Festival de Cine Fantástico de Sitges, donde tiene una legión de seguidores gracias, especialmente, a ser Ash Williams en The Evil Dead, un personaje del que, bromea, no se puede desprender desde hace 35 años.
Ayer, en su regreso al certamen, donde recogió uno de los premios Máquina del Tiempo, también se sometió a las preguntas de los periodistas para responder, una vez más, sobre hacia dónde va Ash Williams o qué le parece la evolución del género a lo largo de su trayectoria profesional. Campbell, que no ha parado de bromear y de mostrar un carácter más que afable, opinó que la censura, tanto en el cine como en la televisión, ha ido cambiando y rememoró que un título como Posesión infernal, que estrenó en 1981, dirigido por su amigo Sam Raimi, estuvo prohibido en unos cuantos países e incluso en Alemania “todavía lo estaba hace poco”. Ahora, en cambio, lo relacionado con el terror es “una forma muy potente de entretenimiento, incluso en la televisión”, como lo demuestra el éxito que tiene la serie Ash vs. Evil Dead, donde vuelve a repetir personaje. “El terror proviene de las sombras y no está muy lejos del porno por los efectos que provoca o por cómo puede ofender al espectador, que, por otra parte, no quiere que se controle el material que se ofrece”, mantuvo.
Con un sonoro “buenos días, señor, como está”, en un casi perfecto castellano, Campbell respondió a la primera pregunta sobre cómo lleva ser desde hace tantos años Ash Williams, un personaje que le acompaña siempre pero “que está más estereotipado para los fans que para la industria del cine”, donde, recordó ha sido “un vaquero” y ha participado “en una película francesa”. Hace un tiempo volvió a él para la serie de televisión, que en noviembre estrena una nueva temporada. “Como los fans estaban todo el rato bla, bla, bla, he vuelto con Ash”, precisó riendo. En el mismo tono, indicó que lo más problemático en este momento es que “la edad provoca que haya más sufrimiento, la violencia es peor, el castigo es mucho mayor”.
Confesó que supo que quería ser actor cuando a los 8 años vio actuar a su padre en una representación de una compañía de teatro local y pensó que aquello era interesante porque “bailaba con mujeres” que no eran su madre. Con los años, acabó en la misma compañía, dirigido por su progenitor, hasta acabar dando el salto al mundo del celuloide.
“hay que mover el culo” Sobre los consejos para los que quieren dedicarse a este ámbito, dijo no ser partidario de darlos, pero recomendó a los que empiezan que no sean “perezosos” porque “ahora hay miles de canales, las oportunidades están allí, pero hay que mover el culo”.
Precisamente, en otro momento de su comparecencia volvió a utilizar esta palabra para definir a las redes sociales como “un grano en el culo”. No obvió que él las utiliza para promocionar sus trabajos, pero no para su vida real, porque a nadie le interesa su “desayuno”, mientras calificaba a Facebook como el reino del “bla, bla, bla”. En su opinión, si bien es cierto que este tipo de tecnologías pueden unir a las personas, “también pueden generar odio, con gente que se comporta miserablemente en muchas ocasiones, tendiendo a la cobardía”.
Tampoco es muy partidario de los selfies, un tipo de fotografía que cree una “mierda”, con gente que se coloca junto a personas conocidas sin pedir permiso. Y contó que se ha llegado a encontrar con personas acechándolo en un aeropuerto en el momento de recoger las maletas, porque alguien que iba en el mismo avión que él había enviado un tuit comentándolo.