Vitoria - “Puede ser un tanto estresante estar uno, dos o tres días con la sensación de que no has parado de hacer fotos aunque pensando que ninguna merece la pena. Por eso, cuando hay un hallazgo, cuando sabes que lo tienes, la satisfacción no se puede describir”. Al fin y al cabo, el instante, la vida, lo que es imposible de controlar juega un papel determinante en aquello que Aitor Salazar fotografía. Por supuesto, la técnica, la experiencia, la formación tienen su papel, pero la crónica social y humana que el creador va formando con su cámara no entiende de poses, preparaciones, escenas estancas.

Así se muestra en Driftwood, exposición que toma desde hoy hasta el próximo 28 la “galería de barrio” ¶espazioa. A las 20.00 horas se producirá la inauguración de una producción que a lo largo de próximas fechas contará también con una programación paralela. Así, el próximo fin de semana se llevará a cabo un concierto y durante estas jornadas se propondrá también un taller fotográfico impartido por el artista junto a Pilar G. Barco.

Un total de 16 fotografías (la mayor parte de ellas inéditas hasta el momento) componen un recorrido visual que se completa con la proyección en vídeo de más de un centenar de imágenes tomadas a lo largo de los últimos años por el creador. Instantáneas, unas y otras, realizadas en Cuba, Francia, India... “Viajar te ayuda porque muchas veces en tu ciudad, en Vitoria, tienes la sensación de no encontrar estímulos nuevos, piensas que ves lo mismo todos los días”, a pesar de que él, por ejemplo, está desarrollando una serie en un determinado barrio de la capital alavesa.

Tomas robadas, fotos sin aviso, imágenes sin pose se van dando el relevo en una propuesta que vive, por supuesto, de la imperfección del momento, de la propia vida, sabiendo que ese detalle en teoría distorsionador puede terminar siendo muy interesante para la forma y el fondo de lo que se busca. “Si se quiere, a veces hago una fotografía un tanto inconsciente” sin que ello signifique que sea el azar el único que marca el camino.

Con todo, ahora es el momento de quienes quieran asomarse a esos mundos que abre Salazar a través de sus imágenes, a esas personas, historias, lugares que en varios casos ha visitado en más de una ocasión, constatando y retratando que el paso del tiempo, igual que hace el agua del mar con la madera que termina varada en la playa (concepto al que hace referencia el título de la muestra) transforma de manera constante la vida.

Certamen entre barrios La exposición de Salazar llega a ¶espazioa mientras el proyecto impulsado por José Cos está desarrollando la convocatoria de la primera edición del concurso fotográfico La línea en el suelo/Lerroa-zoruan, que tiene como fecha límite para la recepción de obras el próximo 4 de noviembre.

El objetivo del certamen es “visibilizar a través de la fotografía de corte social y urbano una suma de realidades que se están viviendo en los tres barrios que interseccionan” con esta galería, es decir, Zaramaga, Coronación y El Pilar. Con la colaboración de Fotograma, ZuriBELTZ y la Sociedad Fotográfica Alavesa, el primer premio del concurso está dotado con 400 euros. Además, se seleccionarán 20 imágenes para formar parte de una exposición colectiva que se podrá ver en diciembre. Los interesados pueden consultar las bases en josevicentecos.blogspot.com.es. - DNA