Andan las redes sociales incendiadas a cuenta de los malos resultados de audiencia del reality de los realityes, Gran Hermano 17, que no alcanza a tener los brillos y oropeles de otras anteriores ediciones que machacaban los programas de la competencia que coincidían con el de la casa de Guadalix y derrotaba cualquiera de las propuestas para contrarrestarlo. Era la única explicación, éxito de audiencias, para mantenerlo año tras año en la parrilla de arranque de temporada.

La torpe decisión estratégica de quitar a Mercedes Milá de la conducción, presentación y animación del programa en base a un supuesto cansancio de materiales y modos narrativos de la abuela de GH, puede devenir en fracaso monumental si no se corrigen actuales derivas de bajadas de audiencia y desafección de públicos millonaria, a los que un atrapado, inmovilizado y superado Jorge Javier Vázquez no enchufa. El catalán está experimentando pequeños fracasos en sus mediáticas carnes a los largo de las últimas semanas y las cosas no van bien para el único reality que resiste en el panorama de europeas televisiones.

Todo tiene final y en el voraz matadero de la tele de forma más nítida por el camino de sustitución o finalización de un programa, que esta ocasión puede llamarse GH17, el buque insignia de la cadena Mediaset al que le están saliendo vías de agua por todas partes. Los gestores del programa andan cavilando cambios, entradas de nuevos concursantes, animación de los muchachos/as que no acaban de rendir en historias de interés e imán mediático, cuya ausencia pueden hacer zozobrar producto de éxito que necesita urgente adrenalina para alegrar noches de jueves, domingos y martes. Lo dicho, parece que GH17 ha pinchado y Vasile se resiste a ello. ¡Vaya por Dios, qué mala fortuna!

Los gestores andan cavilando cambios cuya ausencia puede hacer zozobrar el producto