Pamplona - Si el acordeón es considerado como el fuelle del diablo, entonces sin duda Kepa Junkera es el mismísimo diablo y qué mejor escenario que las cuevas de Zugarramurdi, conocidas como “la catedral del diablo”, para demostrarlo y realizar un autentico akelarre. El sábado, y ante unas 600 personas, Kepa Junkera & Sorginak presentaban su nuevo espectáculo Maletak, título del nuevo álbum del compositor, músico y productor bilbaíno, el número 22 de su carrera, con mas de 300 temas compuestos, ganador de un Grammy, cinco premios de la música y varios premios nacionales.

El trikitilari estuvo acompañado por las voces, bailes y percusión de sus sorginak, 11 en este caso, que fueron interpretando las canciones de su nuevo trabajo que sonaban una delicia en el impresionante marco de la cueva. Mientras, y como coreografía, las dantzaris y sorginak de Zugarramurdi saltaban al escenario, el aizkolari Aitzol Atutxa cortaba dos troncos en una curiosa fusión con la trikitixa; la harrijasotzaile Karmele Gisasola, acompañada de su padre Jose Antonio Gisasola Zelai, levantó una piedra cilíndrica en mitad del escenario ante la mirada de Junkera.

Las sorpresas no habían terminado, y el hartza, quizás buscando al akerra, y los joaldunak de Ituren hacían presencia entre el público acompañados de llamativas antorchas.

Como broche final al akelarre, y tras dos horas de concierto, una hoguera tras el escenario y con todos los participantes bailando alrededor del fuego redondeó una cita que quedará en el recuerdo. El concierto fue grabado por las cámaras de ETB y se emitirá próximamente por su primer canal.