Vitoria - El pasado 18 de julio a las diez de la mañana, la artista Irantzu Lekue y el periodista Iñaki Landa salieron de la plaza de la Virgen Blanca para empezar a construir el camino del proyecto Abelbideak, que cuenta con el apoyo de Donostia 2016. Su idea era recorrer unos 2.600 kilómetros en bicicleta para unir Gasteiz con Wroclaw, ciudad que comparte este año el título de capital cultural europea, y aprovechar este viaje para desarrollar un estudio sobre el arte social y la memoria. Ayer, tras no pocas vivencias y vicisitudes, ambos llegaron a su objetivo, alcanzando así la primera gran meta de una propuesta que han ido relatando a través de Internet y las redes sociales.
Toca ahora regresar a casa para seguir desarrollando su iniciativa. Toda vez que se han empapado de aquellas expresiones culturales que están relacionadas tanto con el arte social (muralismo, street art...) como con las creaciones vinculadas a la memoria histórica -también documentándolas y difundiéndolas-, su intención es abrir un proceso de reflexión que puede o no, concretarse en una exposición. Eso sí, la huella virtual del recorrido está disponible en www.abelbideak.eu.
En los 35 días previstos, ambos han completado su idea, pedaleando -en gran parte gracias a las rutas EuroVelo- unos 2.600 kilómetros que han transcurrido por Euskal Herria, Francia, Alemania, Suiza, Austria, República Checa y Polonia, y eso que ya desde los primeros días tuvieron algún que otro problema técnico con sus vehículos. Aún así, y aunque han cambiado alguno de los trazados planeados a priori, “hemos querido ver qué se está haciendo en Europa, qué llega a los barrios de La Rochelle, Praga, Klodzco o Basilea, pero también reparar en lo que llega y lo que se crea en el mundo rural, como una instalación artística que encontraron en Francia realizada a base de las placas de los premios al Mejor Ganado Vacuno. Palpar el ritmo de las calles para con el arte. Ver, sentir y escuchar a Europa en lo referido al arte social y al arte para la memoria”, según explicaron ayer al llegar a Wroclaw.
“Hemos podido observar como cada país aborda desde ópticas muy diversas su memoria. Desde el arte, sí, pero con exteriorizaciones muy diferentes. Esas huellas están marcadas por su contexto, por su historia y en los próximos meses vamos a reflexionar sobre ello porque el tema es muy complejo y los ejemplos van desde el morts pour la patrie francés, a los contrastes de Alemania o los campos de concentración en Austria o Polonia, y el tratamiento dado al conjunto monumental de cada uno de ellos también varía”, describieron.
Acompañados por textos de Joseba Sarrionaindia, Lauaxeta, García Lorca, Kafka, Milena Jesesnka o Melville, los dos han completado su experiencia con encuentros como el mantenido con el histórico anarquista Lucio Urtubia. Además, han querido lanzar una mirada especial a la huella artística de las mujeres aunque “en los países del Este hay una escasa y en ocasiones nula visibilización de las manifestaciones artísticas generadas por mujeres”. - DNA