Artziniega - El Museo Etnográfico de Artziniega inaugura a las ocho de esta tarde una muestra pictórica retrospectiva de una de sus alma mater: Teresa Lafragua. De hecho, ella forma parte de ese grupo de personas que hace tres largas décadas fundó la Asociación Etnográfica Artea, y montó este centro, cuya sala de exposiciones temporales servirá ahora para exhibir su carrera.

Por esta tradicional muestra estival (estará a disposición del público hasta el 28 de agosto) ya han pasado muchos de sus compañeros. “Exponer en casa me da mucho vértigo, porque la responsabilidad es mayor”, reconoce la artista, ya conocida por la magna colección de belenes del mundo que, cada Navidad, instala en el Taller-Museo Santxotena, del cual es directora.

Con todo, va a cumplir 60 años y considera que es un “buen momento” para exponer una selección de las muchas obras que ha ido creando en los últimos 33 años, aunque su afición por la pintura y la cerámica le viene de la más tierna infancia. “Con seis años mi padre estaba construyendo una nueva casa en el pueblo y yo jugaba mezclando arena y barro, que luego ponía junto a la chapa de carbón y leña a secar, y claro, se deshacía porque no controlaba la técnica, pero ese afán de crear piezas siempre lo he tenido”, recuerda.

Lo de la pintura le llegó ya en la escuela. “Tenía de profesora a María Luisa Villabuena. Una de esas personas que ama tanto el arte que te lo contagia. Empecé haciendo dibujos para decorar las primeras páginas de los cuadernos. Los hacía con aquellas viejas pinturas de El Pino ¡no había otra cosa!. Ya con doce años pedí en casa pinturas al óleo y conseguí un caballete de esos de hierro, que coloqué en la calle y pinté un primer lienzo. Recuerdo que era un bosque. Pero no sabía mezclar colores, lo aborrecía y colgué los pinceles”, relata.

Sin embargo, animada por su tía Obdulia (también pintora) decidió inscribirse con poco más de veinte años en el estudio de Bilbao de Enrique Francés para adquirir técnica. “De aquella época, en torno a 1983, es mi primer lienzo y estará en la exposición”, adelanta quien es muy consciente de ser una persona “muy activa y nerviosa”, que ha encontrado en la pintura “una forma de evadirme”.

La pintura de Lafragua desborda imaginación en las texturas. “Me apasiona la mezcla de materiales, no lo calculo de antemano, me encuentro unas hojas, unas telas, unas cortezas de árbol? lo que sea que halle en mi entorno, y lo inserto en el cuadro. Es divertido”, explica. De hecho, la obra que ha escogido para configurar el cartel anunciador de la exposición “no esta pintada sobre lienzo blanco. Lleva debajo un preparado natural de hojas, que es lo que le da esa textura”. Con todo, en la muestra que se inaugura esta tarde cree que sus convecinos reconocerán los lugares que plasma. “Me he decantado por temas de Artziniega, porque se que gustan, pero rompiendo esquemas”. - A.O.