Vitoria - Será el viernes 17 cuando Henry Rollins lidere la presentación en Mendizabala de una aventura que en la pantalla está reuniendo a nombres de sobra conocidos como el desaparecido Lemmy Kilmister, Josh Homme, Iggy Pop, Slash, Grace Jones, Jesse Hughes o Mark Lanegan, entre otros. Será en una cita que puede causar extrañeza entre muchos, aunque su creador e impulsor, Björn Tagemose, tiene claro que, ante todo, su propuesta es “pura diversión”.

Es conocida y evidente la relación de parte de su trabajo con el mundo de la música, pero ¿cómo surge la idea de un proyecto como ‘Gutterdämmerung’, cuál fue la chispa?

-He visto muchas actuaciones a lo largo de mi vida, en primera línea, estando codo con codo con el resto de fans. Y este show está hecho por un fan, por un fan rodeado de artistas, con los que ha trabajado de manera conjunta para armar un montaje pensado para otros fans. Es más, es que todos los artistas son también fans de los demás. El rock es algo que el mundo comparte desde Japón a Sudamérica y es muy reconfortante ver que hay hermanos y hermanas en todos los lugares amándolo. Y así es como surgió el proyecto, de mi corazón, que ama a la gente que está frente y sobre el escenario. No tiene la intención de ser una nueva obra maestra de la ópera o la nueva Quadrophenia. Es simplemente una diversión para los rockeros, una película que puedes seguir incluso cuando has bebido demasiadas cervezas. No nos tomamos demasiado en serio, incluso aunque el nivel de los artistas, tanto en las actuaciones sobre el escenario como en la película, es muy alto. Hemos decidido no asistir a festivales de cine porque esto pertenece a un escenario ruidoso, junto a los rockeros, no para verse por la élite mientras bebe champagne. En un gran “que os jodan” al establishment como a nuestro Lemmy le gustaba. Me encanta The Rocky Horror Show y supongo que tiene algunas características heredadas, igual que tiene trazas de Nosferatu y de la cultura rock general.

La relación entre la música y el cine es tan vieja como la gran pantalla. ¿Cómo definiría su propuesta? Lo digo porque no es un concierto pero tampoco es una proyección de cine.

-Como Los Simpsons, lo puedes ver de dos maneras: como un adulto, mirando a las pistas de rock escondidas que yo, Henry y los demás maquinamos en ella; o como un niño, agitando la cabeza y disfrutando de lo personajes tan divertidos que salen en la película sin detenerte a pensar en el mensaje.

¿Cómo consiguió convencer a tantas grandes figuras para que se involucrasen en un proyecto de este tipo, que no es nada habitual en estos tiempos?

-No, no te creas, se convencieron entre sí. Al principio, el proyecto se lo enseñé a Iggy, Lem y Grace, ya que es a los que más conocía por haber trabajado para ellos y les encantó la idea desde el primer momento. Cada uno me puso en contacto con otro artista diciéndoles que necesitaban participar en esto y así se fue desarrollando todo. Josh me puso en contacto con Mark Lanegan, Lemmy con Slash... No sé como les acabó gustando tanto. Yo lo que estaba haciendo lo proponía desde mi corazón y creo que todos ellos lo sintieron así. Claro que puedes comprar a un artista para llevar a cabo una determinada propuesta, pero no puedes comprar a uno auténtico, a un purasangre. Bueno, además yo no tengo dinero para hacer eso en absoluto (risas). Solo puedes enseñarles la pasión y esperar que les atraiga. Grace me dijo, por ejemplo, que se sentía totalmente conectada con la organización creativa de todo esto y que le pasaba lo mismo al resto de músicos. Grace es mi ángel de la guarda, ama el arte, el rock y la moda sin ser una snob al respecto. Ella siente y es más rock and roll que muchos tipos que están metidos en él, créeme.

¿Qué sintió en la premier de Londres en otoño del año pasado?

-Me sentí aliviado. La verdad es que fue muy divertido, Grace salió en la doble página central de The Guardian al día siguiente. Fue algo totalmente loco. A la prensa británica le encantó sin excepción. Así que estuve bastante nervioso al principio pero también muy feliz después.

Ahora, el show afronta una vida nueva sobre todo por festivales de música como el Azkena Rock. ¿No cree que la primera impresión del público va a ser de extrañeza?

-Hasta ahora el público, sobre todo, se ha quedado atónito. La gente de Berlín, por ejemplo, empezó con los ojos como platos para luego empezar a cantar todas las canciones que conocía tan bien. Al final echaron abajo el local sin parar de mover las cabezas y haciendo pogo. ¡Espero que sea igual en el Azkena!

No quiero que desvele las posibles sorpresas, pero la película cuenta una historia cuando menos peculiar sobre el bien y el mal o lo que de manera común se entiende que ambos conceptos significan. ¿Qué puede adelantar?

-La película causará controversia. Es así y no hay que darle más vueltas. O la amas o la odias. Pero si te gusta el rock, estoy seguro, pero muy seguro, de que terminarás perteneciendo a nuestra familia. En la película aparecen dos chicas. Una ama la luz; la otra, la oscuridad. Una ama el rock; la otra, la paz y la calma. Pero las dos son heroínas. Nuestra película no juzga las creencias de nadie, ni la religión ni sus gustos o tendencias. Nuestros héroes son aquellos que luchan por sus creencias y contra la injusticia, como en cualquier buena canción de rock sobre la rebelión. Es algo antiguo, incluso una historia tópica que se repite en sí misma, como todo el buen rock repite esta historia de rebelión y respira revolución. Es la razón por la que Henry Rollins fue mi elección para que escribiera los diálogos. Él es el último activista. Tengo un respeto casi insano por este hombre.

Por desgracia ya es imposible reunir al reparto al completo. ¿Qué recuerdo tiene del trabajo con Lemmy Kilmister? ¿Y con el resto de músicos?

-Lemmy debería haber estado en el escenario con nosotros. De hecho, nos había comentado como segura su presencia el próximo agosto en el Wacken. Pero desgraciadamente falleció. Amaba esto, pero eso no es una sorpresa. Yo he respirado la música de Lemmy, su humor y su sabiduría desde que tenía 13 años. Su huella está en este proyecto para siempre, yo soy sólo el mensajero. Entendía nuestro humor y el hecho de que nos tomáramos todo a broma. Me dijo que el proyecto sería controvertido, como si Motörhead diese un concierto en la ópera. Inventamos el Golden Lemmy después de los Oscar para reírnos de los festivales de cine amañados. No pertenecemos a los festivales de cine, estamos a este lado del camino, como Lem. Él entendió lo que queríamos hacer como, por ejemplo, lo hizo el artista contemporáneo Jan Fabre, que estuvo en Berlín y le encantó lo que vio. Puedes hacer arte para la gente joven. Ellos y ellas lo reciben y lo perciben con gusto. Es la élite la que odia esto, la que quiere que todo esté encerrado dentro de los muros de las óperas caras, manteniendo esa supuesta conexión de arte con estatus, manteniendo la creación lejos de la calle. Pero todo buen arte ha nacido en la alcantarilla.

¿Acompañará las proyecciones en alguno de los festivales? ¿Ha pensado en una segunda parte?

-En principio, estaré en todos los certámenes y quiero acudir también a la gira que haremos en otoño. Tengo muchas ideas para proyectos, entre otras cosas porque todo lo que hace la gente que me rodea me entusiasma. Pero vamos poco a poco. Primero es estar allí, en el Azkena. Puede que no lo creas, pero no puedo esperar a participar en este festival. Tengo muchos amigos en España, incluyendo una gran familia rockera. Además, ir a un país de donde han salido grandes directores de cine como Almodóvar es fantástico.

Su labor creativa se realiza en varios campos. ¿Por qué esa inquietud profesional y artística?

- No puedo elegir, hay tanta belleza, tanto que probar y que descubrir. ¡Lo quiero todo! Eso sí, lo próximo puede ser algo totalmente diferente.

Por cierto, no me resisto a pedirle que mire de manera rápida el cartel del Azkena Rock. Además de su obra, ¿qué no se perdería?

-¡The London Souls! Qué gran pareja de tipos supertalentosos. Les vi tocando en el SXSW [evento sobre películas, medios interactivos y música que se produce cada año en Austin] con seis personas en el público. Estuve con Rob Trommelen y Joe Rambock, dos importantes referentes de la industria, y se nos desencajaron las mandíbulas, alucinamos y ambos dijeron: “hemos encontrado nuestra nueva banda”. ¡No os los perdáis!.