El 26 de abril de 2017 Artium cumplirá 15 años de andadura, aunque el suelo de sus dos salas subterráneas -la Norte con casi 1.500 metros cuadrados y la Sur con unos 1.400- parece que ha dicho basta tras tanto tiempo de aguantar maquinaria pesada, cambios de montajes, aparición y retirada de paredes,... Es necesario, por tanto, intervenir en el edificio de la calle Francia para hacer el cambio y las obras pertinentes, unos trabajos para los que la Diputación Foral de Álava ha reservado una partida de 350.000 euros.
El museo ha descartado actuar primero en una zona y después en la otra por motivos de seguridad de las propias obras de arte, que requieren de una serie de condiciones (temperatura, humedad...). El polvo y la suciedad que van a generar las intervenciones hacen inviable poder garantizar la seguridad de las piezas, además del hecho de ser una molestia para los visitantes. Así que la decisión que se ha adoptado es cerrar por completo el programa de exposiciones entre principios de noviembre de este año y abril de 2017, cuando se cumplirá el decimoquinto aniversario de la apertura de Artium.
Eso no significa, según quiso enfatizar ayer el director del museo, Daniel Castillejo, que el centro vaya a quedar desierto. A la espera de que tal vez se pueda hacer alguna muestra en las salas Este Baja y Este Alta, tanto estos espacios como el auditorio o la biblioteca, por citar algunos ejemplos, seguirán en activo con las programaciones paralelas, es decir, ciclos de cine, conferencias, actuaciones... De hecho, está garantizada la celebración de la sexta edición del Festival InTACTO que organiza el colectivo Factoría de Fuegos o las nuevas entregas del programa Proklama, que impulsa Azala Espacio de Creación.
Este proceso de cierre expositivo, que durará 5 meses y en cuyos preparativos ya está trabajando el arquitecto foral José Luis Catón -autor del diseño del edificio-, coincidirá en el tiempo con la finalización y presentación de la nueva revisión del Plan Estratégico del museo de arte contemporáneo, que debe servir para guiar su senda a lo largo de los próximos años tras esta ya larga travesía de recortes y ajustes.
Antes y después Si todo va como debe, para abril de 2017 el museo volverá a retomar su agenda expositiva coincidiendo con su cumpleaños, algo que a juicio de Castillejo “no va a ser una reinauguración pero sí una celebración”, es decir, un momento propicio para hacer un esfuerzo extra también en lo que se refiere a la actividad paralela del centro ya que se están diseñando citas específicas como encuentros de artistas, conciertos y ciclos de cine, entre otras propuestas.
En lo que se refiere a las muestras y más allá de la recuperación de programas como Praxis, el director anunció que, en principio, en ese momento de retomar el pulso se llevará a cabo una exposición con el donostiarra Juan Pérez Agirregoikoa, así como otra producción individual “de una artista internacional”. Además, en 2017 la colección foral dialogará con otros fondos públicos “de rango igualmente internacional”.
Pero todo esto sucederá después del parón producido por las obras en el interior del edificio situado en la calle Francia. De aquí al 2 de noviembre, que será cuando se cierren las salas, los visitantes se podrán encontrar con El fuego de la visión de Marina Núñez (a partir del 2 de junio), El hombre que ríe de Iñigo Royo (16 de junio), y 1989. tras las conversaciones de Argel. Delirio y tregua en colaboración con la Donostia 2016, sin olvidar La trampa en la sonrisa, la actual revisión de la colección de Artium, abierta en la actualidad.