La cita es el próximo 10 de abril a las 12.00 horas en los cines Florida. La película que se proyectará, si es que la iniciativa cuenta con el respaldo del público, será Los Goonies (The Goonies), de Richard Donner, que se podrá ver en su versión en castellano. El precio de la entrada es de 3,5 euros, aunque, eso sí, para que la sesión se pueda llevar a cabo sólo hace falta una cosa, que los espectadores se comprometan desde ya.

El año pasado, en Sevilla, nació la plataforma Youfeelm, una iniciativa por la que se ofrece, dicho en pocas palabras, cine a la carta pero no en casa, sino en salas comerciales. En eso consiste la propuesta que ahora llega a la capital alavesa, en que una persona quiere reencontrarse en pantalla grande con este título bien conocido del cine de aventuras de la década de los años 80. Para cumplir con ese objetivo necesita dos cosas: un espacio y una copia. Ambas cuestiones son las que le garantiza el proyecto con sede en Andalucía. ¿Qué se requiere a cambio? Llegar a un número mínimo de espectadores que también quieran compartir esa proyección. Si no se llega, la sesión no se produce.

Por ello, se ha abierto una campaña de crowdfunding que se cerrará en unos 13 días (el plazo termina el 5 de abril). Cada pase cuesta 3,5 euros y sólo hay que rellenar los datos y cumplimentar los pasos requeridos en www.youfeelm.com/titulo/los-goonies-en-cines-florida-vitoria. Después, si se llega a cumplir el objetivo de asistencia, sólo quedará disfrutar de un filme convertido en película de culto que narra las aventuras de un grupo de amigos en busca de un tesoro perdido del que nadie tiene noticia.

‘Cinecracia’ La plataforma Youfeelm lleva desde el año pasado conformando una red de salas por distintos puntos del Estado en los que ofrecer un servicio, cuando menos, innovador como es la proyección de cine bajo demanda.

El proyecto cuenta con un catálogo de películas que sigue creciendo y en el que se pueden encontrar desde títulos recientes y referencias de creadores con sus primeras películas hasta producciones de sobra conocidas de las últimas décadas. Desde Asier eta biok hasta El Padrino, por poner sólo un par de ejemplos, la lista, que incluye referencias de diferentes géneros , es larga.

Defendiendo el concepto de la cinecracia “como referente para destacar el carácter democratizador, participativo y colaborativo del concepto y servicio”, los usuarios de esta herramienta pueden organizar una proyección, e incluso proponer actividades paralelas que puedan completar la sesión.

Partiendo de la base de que el cine es mejor verlo en sala y que el hábito de acudir no puede perderse, la propuesta requiere, eso sí, de la implicación directa de los espectadores, de su aportación. Así, la plataforma quiere permitir que persona, colectivo o entidad pueda convertirse en programador al tiempo que se ayuda a los creadores, que consiguen otra vía de exhibición y, también, de obtención de recursos. O, por lo menos, esas son las ideas que se persiguen.