madrid - Tras vender más de 10 millones de ejemplares de Agua para elefantes, Sara Gruen se traslada a la Escocia de los años cuarenta con El agua de la vida, una mezcla de historia, amor y guerra, aunque todo empezó con el famoso monstruo del lago Ness, como reconoce la escritora.
Gruen llegó a Escocia en un primer viaje de investigación tan solo siguiendo su instinto. Allí descubrió que Escocia había tenido una mayor implicación de lo que ella pensaba en la II Guerra Mundial. Y también se dio cuenta de que “su cultura deriva de la historia, el folclore e incluso la superstición”.
A partir de ahí empezó a trabajar en la historia, porque, “aunque suene extraño”, reconoció Gruen, “el argumento y los personajes son lo último” en lo que piensa. En este caso desarrolló la historia de Maddie, una joven estadounidense recién casada, que viaja a Escocia en plena II Guerra Mundial, junto a su marido y un amigo, para demostrar la existencia del monstruo del lago Ness. La novela teje con habilidad una historia básicamente de amor pero en la que los elementos históricos y costumbristas enriquecen el relato. - Efe