muchas mujeres han sido criticadas por recurrir a la cirugía estética. Tanto es así, que a muchas les da reparo admitir que se han servido del bisturí para mejorar su aspecto físico o retrasar efecto del paso de los años. Pero, cada vez más los hombres confían en la cirugía estética, y tampoco ellos se libran de los desastres.
Michael Jackson es un ejemplo. El cantante incluso cambió su color de piel y, tras infinitas operaciones, acabó teniendo un rostro antinatural y desagradable. El artista fue el precursor de la cirugía estética masculina, a la que hoy en día se han apuntado numerosos famosos.
Es el caso de Kiko Matamoros, cuyo gusto por el bisturí y el bótox roza la obsesión. Tiene que cogerse la baja habitualmente en Sálvame, el programa en el que trabaja como colaborador, para pasar por quirófano, mejorar su aspecto e intentar disimular sus 59 años. Su última intervención: un trasplante de cejas. Ahora, las cicatrices de sus operaciones son más visibles y antiestéticas que las temidas arrugas.
Flavio Briatore, el magnate de la Formula 1 de 65 años, se ha marcado un Renee Zellweger y ha estrenado cara recientemente. El rostro que muestra en las últimas fotos que suben a Instagram, tanto él como su esposa, Elisabetta Gregoraci, nada tiene que ver con la cara que celebraba las victorias de Fernando Alonso. Ha sido la revista italiana Chi la primera en evidenciarlo con montajes en los que se aprecia la enorme diferencia entre el antes y el después. Ahora su rostro es más delgado, su nariz más fina y sus labios más prominentes.
Mickey Rourke también ha cambiado por completo. Fue uno de los galanes de moda en los 80, pero los excesos y el bisturí le han convertido en todo lo contrario. Tras el hundimiento de su carrera cinematográfica tuvo que volver al boxeo, donde sufrió dos roturas nasales y una de pómulo, lo cual le ha llevado a pasar por el quirófano más de cinco veces.
Solo hay que mirar a Sylvester Stallone a la cara para descubrir lo poco que queda de Rocky. Él también ha sucumbido al bótox y los retoques estéticos, convirtiéndose en todo un adicto a la cirugía. Parece que el actor no acepta el paso del tiempo. Otro de los hombres más duros del cine fue Arnold Schwarzenegger, que también ha pasado por el quirófano, siendo la operación de mandíbula la más destacada. El actor de Terminator ha hecho uso del bótox y de retoques estéticos muy amenudo.
El intérprete y director Al Pacino también ha decidido retocar su rostro realizándose liftings y una operación para acabar con las bolsas de los ojos que tanto le caracterizaban. Uno de los actores más guapos del mundo es Brad Pitt y aunque su mujer, Angelina Jolie, si se ha declarado fan de la cirugía estética, el intérprete no se muestra convencido, pero lo que no puede negar es la operación que se realizó para solucionar las “orejas de soplillo” de cuando era más joven.