Berlín - Filipinas desafió ayer las reglas del juego en la Berlinale con Hele sa Hiwagang Hapis (A Lullaby to the Sorrowful Mystery), una película de ocho horas de duración sobre la lucha contra la opresión colonial, obviamente excesiva, pero al mismo tiempo maravillosa. “Una de las grandezas del cine es que nos permite romper con muchas cosas. También con las normas del tiempo”, dijo Lav Díaz, director de la más extensa película presentada a competición en una Berlinale, incluida por Kosslick entre las 18 aspirantes al Oso de la presente 66 edición.
La suya rompe varias reglas del juego del cine al uso actual, no solo en lo que respecta a su duración. Rodada en blanco negro, apuesta por la parsimonia meticulosa, sin banda sonora ni mayor acompañamiento acústico que el rumor de las hojas azotadas por el viento en la jungla filipina, de las olas rompiendo en la playa o el piar de los pájaros. Destacan en el filme dos figuras femeninas: Caelestina, la amante de un capitán español que traiciona a su pueblo para luego arrepentirse, y Gregoria de Jesús, la mujer que durante 30 días buscará el cadáver de su esposo, Andrés. Toda la película consiste en largas escenas rodadas con cámara fija, sean de diálogo o de acción, con las que Díaz recorre la lucha por la independencia del archipiélago frente al poder colonial español. - Efe