No es ni la primera ni la última vez en la que el Bien y el Mal se ven las caras a través de la palabra escrita. Aunque en este caso y por diferentes motivos, la historia no es lo que parece. Para empezar porque el hijo de Dios es mujer, tatuadora, toca el bajo, vive en Madrid y pasa por completo de su supuesto papel. Para continuar, porque en su búsqueda está un demonio cuyo trabajo es el de ser gerente en materias de maldad de la península. Ellos son los dos anclajes para Misión: eliminar al nuevo Mesías (Librando Mundos), la primera novela publicada de Maiquel Da Costa.

En sí, el libro es “un cóctel en el que hay fantasía oscura, sátira, personajes históricos, demonios e incluso metal; además tiene un poco de gore y mucha comedia y mala leche”, apunta el autor -nacido en Pamplona aunque residente en Gasteiz desde hace años- a la hora de desgranar su obra, que empezó a tomar forma hace un par de años. Lucio y Eva son esos dos personajes centrales de una historia coral en la que es posible encontrarse a los componentes de un grupo de black metal pagano o a Enrique VIII junto a Sadam Husein.

“Lo que he intentado es que la gente, al leer, se ría pero con esa media sonrisa inquieta en la que no sabes si estás haciendo bien al reírte de determinadas cosas y situaciones”, comenta el escritor, quien admite que su fetiche desde el principio fue el personaje del demonio Lucio. “En realidad, todo lo demás se ha construido en torno a él”, describe, al tiempo que afirma que “supongo que es consecuencia de que siempre me ha atraído mucho unir la comedia, el terror y la fantasía oscura”.

Editado tanto en formato físico como digital, el libro ha saltado fronteras y, de hecho, el autor a está recibiendo diferentes comentarios y críticas de varios países latinoamericanos. “No sé la razón pero desde sitios como México y Venezuela me están llegando muchas aportaciones, también referencias en blogs y demás, siendo la mayor parte de las críticas muy buenas”. Parece, por tanto, que el público está respondiendo de manera inmediata a un interés que Da Costa ya encontró en los agentes editoriales al principio del camino.

“No me he cortado nada, he hecho exactamente lo que he querido, por eso estoy todavía más orgulloso por haber conseguido que alguien se interese por el libro para editarlo y luego estar viendo la reacción de la gente. Hombre, tienes que hacer las cosas para que encajen, el puzzle tiene que ser coherente”, comenta el autor de raíces portuguesas.

De todas formas, la rueda no para. Tiene ya otro libro a la espera de la decisión de las editoriales, una propuesta de terror psicológico mezclado con humor negro. “Es como una vuelta de tuerca a Aladino y la lámpara maravillosa pero llevándolo a lo contemporáneo”. Mientras, el autor sigue dando forma a otra novela destinada a un público más joven, “aunque estos días la tengo un poco abandonada”, ríe. Todo llegará. Lo inmediato ahora es Misión: objetivo eliminar al nuevo Mesías.