Al charlar con diseñadores muy creativos y galardonados, normalmente cuentan que ellos iban para Bellas Artes pero recalaron en el Diseño de Moda. O bien que se decantaron por ser modistos, pero que siempre están creando, incluso en la ducha, o cuando pasean por la calle y se fijan en un cartel, en un escaparate, en un atardecer... de modo que hacen guiños de forma constante al arte en diversas acepciones. Así lo comentaba al Grupo Noticias Edurne Ibáñez, eclosión de energía e ideas navarra premiada por sus creaciones nacidas de materiales reciclados a partir de ruedas de vehículos, plástico, metales...

No hay que irse hasta la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada, hija de arquitecto de creatividad desbordante, que idea desde zapatos, perfumes, relojes, revestimientos cerámicos, ropa para el hogar, papelería y muebles decorados, vestuario teatral, ropa para muñecas, uniformes, medias, gafas, tapicería, disfraces, adornos para cocina y hasta etiquetas para botellas de vino. Ya antes Yves Saint Laurent desarrolló la premisa de libertad que Coco Chanel había mostrado a las mujeres: auspiciado por Pierre Bergé, Yves se lanzó a la creación de las blusas con transparencias o tejidos metálicos, además de convertirse en pionero del look campesino, así como del inolvidable esmoquin femenino.

Yves Saint Laurent y la moda del siglo XX son inseparables. Él logró que los pantalones femeninos fueran un símbolo de elegancia, dando alas, como lo pretendía Chanel, a unas mujeres ansiosas de mayor independencia y movilidad. Ambos son, todavía hoy, iconos indispensables de las mujeres modernas. Como las sufragistas lo fueron para el voto.

El siglo XX se llenó de cambios, traducidos en movimientos de vanguardia y experimentalismo que abarcan el cubismo, el futurismo, el expresionismo o el surrealismo. Picasso, Miró o Mondrian huían del realismo para expresar la belleza sin explicitarla. En invierno de 1965, YSL rindió homenaje a Mondrian, adaptando los principios de sus cuadros abstractos y de pinceladas sólidas a vestidos rectos de punto, con un éxito que todavía hoy perdura. Según Nylon.com, mujeres de las principales capitales europeas y ciudades como Nueva York adquirieron esas prendas hasta agotar existencias, mientras la dura crítica alababa la visión del francés.

Esta colección fue la primera en integrar el Pop Art en la Alta Costura, e Yves continúo reinventando clásicos e innovando por medio del arte, hasta su retiro. Vestidos de ciudad sofisticados que inspiraron a otros grandes posteriores, como Giorgio Armani, Ralph Lauren o Calvin Klein. Fue capaz de romper el tabú, y demostrar que la moda puede ser arte y el arte puede ser moda.

de klimt a the XX La moda, como el arte, refleja el tiempo en que es creada. YSL fue capaz de empatizar con mujeres que reclamaban su parcela social merecida, dinámicas y prácticas. Él fue el precursor, pero no el único que ha sido capaz de traducir esta realidad, y los movimientos artísticos y la moda se han solido dar la mano en más de una ocasión histórica.

Por ejemplo, los diseños de Emilie Flöge y las pinturas de Gustav Klimt ya maridaban a finales del siglo XIX. Así, Flöge creó amplias túnicas para hombres y mujeres que evitaban la opresión de los corsés, en busca de movimientos más libres.

El periodista especializado en tendencias Mario Suárez asegura que “hay un diálogo continuo entre el arte y la moda a lo largo de la historia”. Suárez añade a Efe que “las obras de los pintores abstractos se están viendo cada vez más en las grandes colecciones y pasarelas de moda”. Por ejemplo, la banda británica The XX y el conceptualista estadounidense Sol LeWitt estarían determinando el look “plenamente monocromático”.

El “minimalismo del blanco y negro” sería una corriente pictórica que vuelve, pero que “ha influido e influirá”.