El deporte llega a la sección Zinemira del Zinemaldia de la mano de una de las tradiciones vascas más internacionales: la pelota. El documental Jai Alai Blues, del director vasco Gorka Bilbao, muestra el momento de máximo esplendor del frontón de Miami y hace un recorrido por los grandes momentos que ha tenido la cesta punta a lo largo de la historia.

Aquellos que no sean muy aficionados a este deporte que no tengan miedo: “Hemos pensado en quienes no conocen el deporte, y nos hemos centrado en historias humanas, algunas nostálgicas”, señala el director del filme. Por eso, su mayor fuente de documentación han sido los propios pelotaris. “Han vivido muchas anécdotas que nos han sorprendido mucho, y no se han cortado a la hora de hablar con nosotros”, asegura Bilbao. Aun así, asegura que el personaje que más le ha sorprendido ha sido Angelito Ugarte, un pelotari que estuvo en Florida en los años 50. “A pesar de su edad, me ha gustado su vitalidad, creo que se podría hacer un documental solo sobre él -continúa-. Además, a pesar de ser ya mayor, conectaba con nosotros como si fuésemos de la misma edad”. Por otro lado, les ha gustado que en un país como México la pelota sea tan autóctona, porque lleva allí desde principios de siglo. “Me pareció muy relevante que un mexicano sintiera la pelota vasca como algo muy suyo”, afirma.

Para llegar a estas personas, han hecho una gran búsqueda de fuentes. “Hemos tenido suficiente tiempo para ver qué tipo de gente buscábamos y lo que nos valdría para la película”, afirma Bilbao, quien, con su equipo, estuvo hablando durante mucho tiempo con los pelotaris que les interesaban. “Queríamos conseguir deportistas antiguos y representantes de cada época, que reflejaran bien qué fue esa época”. Vivir en una localidad de Gernika, con muchos amantes de la cesta punta, ha sido beneficioso en ese aspecto, ya que los ancianos les fueron diciendo quiénes eran las personas más importantes de cada década. “Aunque la presencia de los testimonios es intermitente en el documental, se nota el trabajo que hemos hecho para conocerlos”, recalca.

Aun así, también han contado con otras fuentes. “La más importante han sido los archivos que guardaban los propios pelotaris, y también hay familias que tenían guardadas fotografías de sus abuelos o bisabuelos jugando en distintos lugares del mundo”, explica. Paradógicamente, la época que cubre el documental, la de los años 70-80 en Florida, es de la que más les ha costado conseguir archivo, porque no encontraron ni en ninguna televisión ni en filmotecas de Estados Unidos ningún material. “Todo este trabajo ha sido lo que más tiempo nos ha llevado”, asegura.

Proceso muy largo

A pesar de ser aficionados a la cesta punta, el proyecto comenzó desde cero, sin ningún tipo de documentación. “Teníamos un interés personal en hacer esta película sobre Jai Alai porque somos muy aficionados y porque en Gernika hay muchos pelotaris retirados que tenían muchas historias y anécdotas por contar”, afirma el director, que asegura que fueron tirando de los hilos de lo que les contaban los gernikarras. “Siempre pensábamos que si investigábamos un poco, podía ser un tema muy interesante para un documental.

Al ser un proyecto personal, el proceso de creación de la película empezó muy despacio, ya que no tenían financiación. “Desde que se nos ocurrió el proyecto hasta que lo hemos terminado han pasado tres años y pico”, comenta. La estructura es lo que más dolores de cabeza les ha dado. En el montaje, decidieron que iban a ordenar cronológicamente la mitad del documental. “Después, cuando llegamos a finales de los años 70, contamos la historia de Juan Ignacio Zulaika, un investigador que vivió aquella época”, explica, ya que ese fue el momento de máximo esplendor de la cesta punta.

Ahora, con la película terminada y en el Zinemaldia, ven un sueño cumplido. “Desde el principio esta era nuestra ilusión, y vemos que el trabajo de tanto tiempo ha tenido su recompensa”, sostiene Bilbao.