vitoria - Al escribir Krea en la barra del navegador, el primer enlace habla de “un lugar que promueve la creación y cultura contemporáneas desde una perspectiva multidisciplinar y de trabajo en red”. Pero de eso nada. Cerca de nueve años y 18 millones de euros -dinero público- después de la rehabilitación del antiguo convento de las Carmelitas de Betoño para su conversión en eje artístico internacional, el proyecto que impulsó la Caja Vital es sinónimo de fracaso. La crisis, la fusión de las cajas vascas y unas expectativas demasiado ambiciosas en su concepción dieron al traste con todo. Pero ahora, gracias a la ocupación que la artista Irantzu Lekue protagonizó en diciembre para denunciar el abandono que sufre su sector en la ciudad y la denuncia que la entidad financiera presentó contra ella para finalmente retirarla, Krea ha vuelto a la palestra. Y no tanto por lo que fue o por lo que pudo haber sido, sino por lo que ese recinto sin actividad significa en el fondo: la falta de una apuesta clara por la creación.

Y los artistas locales, que ya están hartos de verse obligados a crear espacios por sí mismos, a no ver un interés institucional realmente serio por disciplinas que crean una sociedad más crítica, inteligente y democrática, han decidido dar otro paso. Ayer, en rueda de prensa, 29 hombres y mujeres del sector leyeron un manifiesto suscrito por un total de 42 personas -muralistas, ceramistas, actores, músicos, bertsolaris, gestores culturales y hasta el arquitecto de Krea, Roberto Ercilla- para dejar claro su posicionamiento y sus propuestas. Los firmantes reconocieron “las dificultades presupuestarias” de las instituciones para recuperar el proyecto en Betoño, pero creen que “no hacer nada no es una opción”. Por eso, han decidido impulsar una recogida de firmas en change.org y promover en Twitter el hashtag #SOSKREA para la difusión y el respaldo a sus peticiones. Lo principal es conseguir que los grupos del Ayuntamiento formen un grupo de trabajo con la Caja Vital, la Diputación y representantes del mundo de la creación contemporánea “para buscar una solución al estado del proyecto y al edificio Krea, y realizar un programa eficaz para la mejora de la cultura en la ciudad y en Álava”.

Dado que en los próximos días se formalizará la Mesa Sectorial de la Cultura en Álava para La Creación Contemporánea, los artistas convinieron en que éste sería un interlocutor válido para ellos. Ahora bien, como el proceso llevará su tiempo, su exigencia es que mientras tanto se abra un local adaptado a la creación en la que puedan reunirse, crear sinergias, exhibir las obras y hacer. En eso, no obstante, algo parece haberse adelantado el equipo de gobierno municipal. Ayer, el concejal Iñaki Prusilla anunciaba, por un lado, la puesta en marcha de un Plan Estratégico de Cultura y, por otro, del centro Kultura Eratzen en Arana, que pretende ser referente en búsqueda de talento y creación. “Hay que dar estabilidad al mundo local de la cultura y que se aleje de los vaivenes y cambios”, subrayó.

Fue una buena noticia, aunque a estas alturas hay quienes son ya como Tomás: si no lo ven, no se lo creen. Y por eso, y porque el asunto de Betoño sigue coleando, los firmantes pidieron un gesto de voluntad al Ayuntamiento: que negocie con Kutxabank o la Fundación Caja Vital la apertura de los jardines de Krea para el uso y disfrute de la ciudadanía. Un envite que veremos en qué queda, pues los propios artistas sacaron a colación “posibles intereses especulativos ajenos al bien común”. A principios del año pasado, se supo que promotores alaveses estaban trabajando para convertir Krea en el campus de una universidad de Estados Unidos de la mano de un fondo de inversión norteamericano. Su idea era habilitar para tal fin tanto el antiguo convento como el espacio de la Fundación Sancho el Sabio, anexo al edificio, y la sede de la Caja Vital de los humedales.

Desde entonces, no ha habido nuevas informaciones que permitan saber si el proyecto sigue adelante o está paralizado. Por otro lado, para que la ciudadanía recuperara el edificio para su disfrute, habría que revertir la última modificación de la permuta entre el Consistorio y la Caja Vital firmada en 2014 por el anterior gobierno municipal del PP, por la cual la institución local renunció a la propiedad del edificio a favor de Caja Vital Kutxa para posibilitar su transmisión a los inversores privados. De momento, sólo los grupos de EH Bildu, Sumando e Irabazi-Ganar han mostrado públicamente su disposición.