Vitoria - “Hay que robar horas de donde no hay. Además, escribir es una tarea marginal, pero merece la pena seguir. En un mundo donde la gente aspira a ver Hombres, mujeres y viceversa, soy de los que pienso que hay que volver a poner de moda la creación”. Tal vez por todo ello, el escritor y editor gasteiztarra Rafael Moriel no sabe detenerse. De hecho, mientras sobre la mesa están sus seis últimos títulos, en sus manos ya están tomando forma sus tres próximas producciones. Y todo ello mientras, con unas cuatrocientas visitas diarias, mantiene vivo desde hace ya unos años el blog Con los pies en el techo, una puerta abierta a distintas temáticas “aunque ahora me quiero centrar en la literatura”.
Cansado de las prácticas de las editoriales, el autor ha optado por seguir utilizando las herramientas de Internet para encontrarse con el lector. Así en www.rafaelmoriel.com se pueden encontrar sus últimos textos y adquirirlos, bien sea en su formato digital o físico. “Estoy seguro de haber adoptado una buena decisión, ya no quiero saber nada de las editoriales”, apunta.
Así, su última propuesta es Accidente en la fábrica de chorizos, un libro compuesto por dieciocho historias independientes entre sí, aunque la ficción y la fantasía sean el denominador común. Consciente de que “el mundo que vivimos supera con mucho la mayor de las ficciones”, aquí se presentan piezas “más osadas” que quieren, en su mayoría, “desencadenar pensamientos y reflexiones” en el lector. Aquí se encuentra también El cagao, “el preferido de Mariano Iñigo”.
Un poco más “suaves” son los textos que se incluyen en Relatos para la imaginación, otro de los títulos que Moriel ha editado de manera reciente y que completa, de momento, su trabajo dentro de este género, aunque el autor apunta “que el escritor es una persona que trabaja la literatura y que puede utilizar distintos formatos para expresarse”.
Así por ejemplo, él recurre a las epístolas en Cartas a mi amiga muerta, un compendio de misivas realizadas a lo largo de un año tras el fallecimiento de una persona muy cercana. “Es una reflexión sobre el suicidio, cartas intimistas y personales pero en las que también se habla del mundo que nos rodea”, describe, al tiempo que avisa que “no es un libro para sacar carnaza”.
De sus inquietudes y del interés que ha percibido a través de su blog nace además Eneagrama fácil para gente de pie. “Es un tema que despierta mucha curiosidad y por eso me lancé a hacer este libro, aunque ahora he realizado una segunda versión revisada y ampliada”.
La poesía pide, a su vez, paso con otras dos referencias. Por un lado, Poemas desde la contemplación. Por otro, Poemas de amor loco. “Estoy libre de cursilerías” y así lo plasma en estos dos textos, aunque en el caso del segundo reconoce que “a veces me da un poco de reparo”.
Eso sí, lo siguiente ya está pidiendo paso. Un novela que verá la luz en 2016 si nada se tuerce, otro libro de relatos (esta vez largos) y un nuevo poemario reclaman la atención del escritor. Moriel no sabe detenerse. Y no quiere.